SENTIRNOS CREADORES LIBERA NUESTROS SUEÑOS

           

           Todo ser humano tiene una fuente de creatividad inagotable, pero la educación que hemos recibido cerró el grifo. Así que pasamos “sed” disponiendo de todo un manantial, y nos dedicamos, como quien compra una botella de agua mineral, a pagar por la creatividad de otros.

            ¿Cómo podemos abrir ese grifo? No lo conseguiremos con el esfuerzo de la mente, sino situándonos en la fuente de nuestra propia abundancia: el corazón. Éste no tiene miedo a dar porque se siente conectado con todo lo que hay, por eso nuestros sueños se gestan en él. El corazón es su perfecta cuna, porque asegura poderlos entregar y a la vez sentirnos más ricos.

            Un sueño no es una necesidad a cubrir, sino algo destinado a regalarse, por eso no nace sólo en el corazón de un solo individuo, sino también en los corazones de los que lo van a recibir. La verdadera generosidad lo es tanto en el dar como en el recibir.

            La vida fluye sintiendo esa fluidez en nosotros, no pensando en fluir; por eso sólo leer libros y asistir a cursos de crecimiento personal no asegura nada. La clave está en conectar con nuestro propio manantial, presentirlo, olerlo… Cuando observamos el mundo desde sólo la necesidad, separados de la fuente, las soluciones evidentes, las más sencillas, se escapan a nuestra mirada. Así es muy corriente oír en un medio de comunicación a un “experto” negar la posibilidad de algo, mientras en otro lugar del mundo otra persona, un creador, ya está disfrutándolo en su vida.

            Lo bueno de buscar en el interior nuestros sueños es que esa búsqueda termina conectándonos con nuestro manantial infinito de creatividad. En el camino nos encontramos con todos los obstáculos de nuestras creencias limitantes, algunos sólo los podemos superar desde el corazón, ahí está la clave que convierte a nuestro andar en camino y no laberinto.

            Como ejemplo de lo que un ser humano es capaz de crear cuando destapona su manantial os dejo con una entrevista de lujo, la que Ima Sanchís le hace  al arquitecto William McDonough, cocreador junto con el químico Michael Braungart de un libro maravilloso: “De la cuna a la cuna”; del cual podéis encontrar más información en el siguiente link:

http://ladanzadelavida12.blogspot.com/2010/01/ciudades-comportandose-como-bosques.html

            Preparaos a disfrutar de un agua fresca, limpia y cristalina, la evidencia de que proviene de un auténtico manantial natural: nuestros sueños


"Todos los terrados deberían producir alimentos ecológicos"

William McDonough, arquitecto y cocreador del libro manifiesto 'De la 

cuna a la cuna'



Tengo 60 años. Nací y viví en Tokio hasta los 6 años, luego Hong Kong, y ahora resido en Virginia. Casado, dos hijos. Política es diseñar un mundo para 10. 000 millones de habitantes. Como dice el Tao Te Ching, la suprema verdad es como el agua, sin oposición llega a todo.


¿Cómo emplea su tiempo?
 La mitad lo uso haciendo proyectos para los más ricos y la otra mitad diseñando proyectos y objetos para los más necesitados.

¿Con qué criterio?
 Tradicionalmente la consigna del ecologismo ha sido reducir, reutilizar y reciclar, lo que nos permite minimizar el ritmo de extracción de los recursos naturales y de emisión de CO2 a la atmósfera, pero no acaba con el agotamiento de las materias primas.

¿Entonces?
 En lugar de reducir el consumo de energía debemos diseñar los productos, estrategias y políticas para que en todas sus fases (extracción, procesamiento, reciclaje...) ni siquiera sea necesario un gasto energético adicional. Es decir: que el balance entre gastos y aportes sea positivo.

¿...?
 Por ejemplo: hay que concebir los edificios de manera que produzcan más energía de la que consumen, que depuren el agua que pasa por ellos y que estén compuestos por materiales saludables y renovables.

¿No es mucho pedir?
 Es muy sencillo si se hace bien. Los materiales que pertenecen al ciclo biológico deben ser reincorporados al medio natural, y el ciclo técnico (ordenadores, aparatos, coches) debe mantenerse cerrado, sin contaminar el ciclo biológico.

¿Hay más de una manera de reciclar?
 Sí, lo normal es que en cada ciclo de reciclaje perdamos calidad. Si con una botella de agua hacemos una camiseta y luego un tiesto, este, tarde o temprano, termina en un vertedero o en una incineradora, o sea, que pierdes el material y sigues contaminando.

¿Qué hace usted?
 Aplicar la filosofía de la cuna a la cuna: reciclamos la botella de plástico eliminando los compuestos tóxicos y con ella volvemos a hacer una botella una y otra vez, pero de alta calidad.

¿Por qué no se aplica ya?
 Cuando mis clientes incorporan estrategias de la cuna a la cuna en sus procesos industriales ahorran un 20% en costes de producción y material, porque los materiales retornan, sin depender de suministro externo.


Parece que todo son ventajas...
 Al no contener tóxicos, los productos no requieren ninguna regulación, con lo que ahorras dinero y tiempo. Reducimos costes diseñando los productos para ensamblarlos y desensamblarlos fácilmente al final de su vida útil, ahorrando tiempos de producción.

Póngame un ejemplo.
 Hemos desarrollado una cola para aparatos electrónicos. Al terminar su vida útil los introducimos en un horno a 175º, la cola se solidifica y deja sueltos los materiales. Uno de mis sueños es aplicarlo a los coches.

¿Qué hacemos con el mar de basura?
 Mi amigo Jaime Lerner, ex alcalde de Curitiba (Brasil), transformó las favelas en centros productivos. Pagó a los habitantes por clasificar la basura y con los beneficios recuperó las zonas que se inundaban en la estación de lluvias y plantó comida orgánica.

Yo quiero un alcalde así.
 Soy un defensor de la comida local. Estoy desarrollando un nuevo invernadero para mejorar la productividad de las pequeñas explotaciones agrícolas en el tercer mundo.

¿Y cómo le va?
 Obtenemos producciones 15 veces superiores a las actuales. Con la recirculación de las aguas residuales eliminamos los contaminantes. En una parcela de 100 m2, dedicamos 15 para obtener la misma producción que obteníamos antes, y el resto a hacer crecer bambú, frutales y regenerar el suelo.

¿Alguna idea para sustituir la ganadería intensiva?
 Combinamos especies animales para proporcionar abundancia. Las vacas se comen la hierba, después se llevan las gallinas y pollos que dispersan los excrementos de las vacas (hacen la función de los fertilizantes) y se comen los gusanos (hacen la función de los pesticidas). Luego los cerdos airean el suelo, lo regeneran y se comen los hongos.

Un ciclo perfectamente cerrado.
 Sí, de producción de ganadería de alta calidad. La salud de campos de cultivo y pastos es la medida de nuestra salud. Tenemos que conseguir que la comida ecológica proporcione abundancia económica, ambiental y social, lo que se llama economía fractal.

Pues aquí es carísima.
 Porque los sistemas de producción ecológicos no están bien diseñados. En Dinamarca utilizan aerogeneradores para iluminar los invernaderos durante la noche. En China producen comida ecológica en los terrados de las casas. Todos los terrados deberían producir alimentos ecológicos.

¿Abastecería a todos los vecinos?
 De sobra, son invernaderos muy ligeros que producen 15 veces más que los sistemas convencionales y dan comida orgánica que no viaja, muy barata, sin pesticidas ni fertilizantes químicos y que se alimenta de las aguas residuales de la casa.

Se puede no dañar al planeta y ganar.
 Existen tecnologías que permiten diseñar productos y procesos que hacen que el consumo sea beneficioso para el planeta. Debemos hacer lo mismo que hacen los bosques y las selvas, que no generan basura. Así, un par de zapatos o unos pantalones se convierten en árbol, animal o nosotros mismos mediante la digestión de los materiales en compost y la fertilización de cultivos.

Abundancia
Esta diseñando la nueva estación de la NASA en la Tierra, el ordenamiento urbanístico de Catalina Island (California), futuras ciudades en China y un edificio en Barcelona, además de invernaderos, objetos y novedosos métodos de cultivo y ganadería. Es mi héroe. Está más allá del sacrificado ecologismo ("busco la belleza total"), sus productos y procesos no sólo son respetuosos con el medio ambiente, son altamente rentables económica y socialmente. En eso deberían estar nuestros políticos, abriendo futuro, estudiando las increíbles innovaciones que se están poniendo en práctica en muchos lugares del mundo. McDonough pasó por Barcelona invitado por el Círculo Ecuestre y el Iese.