“El 95% de los alumnos son creativos y sólo lo son el 5% de los adultos, ¿Qué ha pasado?”

      
   Son palabras de Saturnino de la Torre, catedrático de Didáctica e Innovación Educativa en la Universidad de Barcelona, que lo dicen todo. Una educación que mata la creatividad no merece tal nombre, se queda en mera instrucción…. ¿instrucción para qué…? Basta echar una mirada a los conflictos que tratan de envolvernos para comprender que está sustentando nuestra enseñanza.
            Los problemas son un reto a nuestra creatividad, si en nuestras escuelas no la fomentamos lo que conseguiremos es  vernos cada vez más pequeños ante estos problemas, tendremos una humanidad de “liliputenses”. Un ser humano que delega su creatividad en otros está entregando algo más que su libertad, está desposeyéndose de su más rica esencia.
            Nuestra enseñanza tiene que ser fiel defensora de esta esencia, para lo cual ha de cambiar radicalmente el ambiente educativo. No se trata de inculcar nada en nuestras aulas, sino de convertirlas en una tierra fértil para esas semillas de humanidad que son nuestros niños y adolescentes, semillas que encierran grandes tesoros y misterios. Reconocer como tales, a nuestros hijos y alumnos, transforma  nuestra mirada pedagógica, convirtiéndonos en auténticos buscadores de tesoros.
            Saturnino De la Torre ha enseñado durante años  a los maestros a convertirse en esos buscadores de tesoros. Te invito a disfrutar de sus palabras, de su experiencia, de su creatividad, pero sobre todo de su presencia, ¡qué lo disfrutes!


"Cuando a una persona se la reconoce, crece"

Entrevista en “La Contra” de  “La Vanguardia” realizada por Ima Sanchís (4-3-2011)


Tengo 69 años. Nací en Valladolid y vivo en Barcelona.Doctor en Filosofía y Letras. Llevo trabajando, estimulando e investigando sobre creatividad 38 años. Tengo 2 hijos y 2 nietos. En política me parece prioritaria la ética por encima del discurso. Creo en la trascendencia.


¿Qué aprendió como maestro?
Lo importante que es el cariño, el trato, el generar confianza... Transmitir al alumno la idea de que crees en él.

¿En todos?
Todo alumno tiene al menos una capacidad que le hace sobresalir; debemos ayudarle a encontrarla, porque cuando a una persona se la reconoce, crece y se entrega al aprendizaje. La ciencia nos está demostrando que pensamiento y emoción están unidos, así nace un nuevo concepto...

Sentipensar.
No hay ninguna acción humana, dice el biólogo Maturana, sin una emoción que la establezca y la torne posible como acto. Tanto el pensar como el actuar ocurren en el espacio determinado por las emociones.

¿Y cómo se lleva a las aulas?
Siendo conscientes de que se aprende con todo el cerebro. Palabra, imagen, música, símbolos, se refuerzan unos a otros.

¿Eso significa que hay que relacionar la música con las matemáticas y la lengua?
Sí, se trabaja con proyectos integradores de varias disciplinas, se incorpora la vida en el aula.

¿Y qué conseguimos con eso?
Hasta ahora nuestra educación ha estado basada en contenidos empaquetados y el alumno se ha alimentado de este tipo de comida.

No suena muy bien.
Es necesario otro tipo de alimentación que les ayude a desarrollar competencias, conocimientos, habilidades, actitudes, valores... Estamos formando a la persona, al ser.

Cuénteme sus experiencias.
Hay jóvenes que han llegado al bachillerato sin sentir ningún tipo de emoción hacia el conocimiento, sencillamente porque hemos sacado la emoción de las aulas.

Puro trámite para el futuro.
"Sentipensar. Fundamentos y
estrategias para reencantar
la educación", es un libro que
escribió en colaboración con
María Cándida Moraes
Así es. Hay que cambiar la conciencia, en la educación hacen falta reformas de base, de visión, darnos cuenta de lo importante que son los valores, las relaciones. Mi función no es enseñar, sino hacer que el alumno aprenda.

Está claro que algo falla.
Hemos pasado por cuatro grandes etapas en la educación. En la era agrícola el fundamento de la educación eran las creencias. En el siglo XVIII vino la industrialización y con ella la instrucción, el conocimiento de la ciencia. En los años ochenta aparecen las telecomunicaciones y pasamos de los conocimientos a las competencias, del creer al tener: conocimientos, riqueza, poder...


¿Y ahora?
Estamos en el saber hacer, y debemos educar para ser. Simplificando mucho, educar es sacar las capacidades y la bondad que hay en las personas. En todo ser humano hay creatividad y hay bondad, ¿por qué no tratar de compartirla?

La creatividad es uno de sus temas.
Treinta y ocho años de investigación. En la infancia tenemos un gran potencial creativo que luego queda dormido y emerge, en el mejor de los casos, ante la necesidad, ante la adversidad. ¿No sería mejor incorporarlo como herramienta desde la infancia?

¿Cómo?
Eso es lo más fácil: hay que dejar hacer. El 95% de los alumnos son creativos y sólo lo son el 5% de los adultos, ¿Qué ha pasado?

¿Se ha perdido por el camino?
Sí, por los patrones cerrados de la educación y de la sociedad. El alumno tiene capacidad de crear ideas, de inventar, de vibrar, de emocionarse. Y la emoción es el patrón más importante para que la creatividad emerja.

¿Y para mantenerla a flote?
Favoreciendo su expresión y educándola de acuerdo a las edades: en la primera infancia se expresa a través de la fantasía; en la edad escolar, en la aventura y la incitación al descubrimiento; en la adolescencia, en los retos, y en la juventud, en la búsqueda de las innovaciones y la proyección social. Y se trabaja a través de proyectos integradores.

¿Y cuál es la esencia de esos proyectos?
El camino es crear las condiciones para que emerja la creatividad en ellos y aplaudirla. Si un alumno interviene con algo creativo hay que aplaudirle literalmente. La sensación que siente por ese reconocimiento de su profesor y compañeros es imborrable. Si reconoces una cosa pequeña, se multiplica.

Creatividades hay muchas. ¿Qué hay que aplaudir?
La creatividad debe llevar valor, salir de sí para que el otro se beneficie, y cuando los demás reciben eso y se emocionan, y sienten y les toca, la creatividad se contagia y se multiplica. Se trata de crear habilidades, actitudes, hábitos, competencias básicas.

Entiendo.
Hay que formar en la flexibilidad, que es uno de los valores importantes junto a la adaptación de la creatividad, quien los ha asumido no tendrá fracasos porque será capaz de mudar, de adaptarse a situaciones.

... Condición para la felicidad.
Se trata de crear un escenario más que un aula, de utilizar toda clase de recursos que tengan un componente emocional. Detrás de cada gran idea hay una emoción, una profunda pasión, un deseo, una necesidad de hacer y de comunicar.

¿No le pedimos demasiado a las aulas?
Cuando estoy enseñando matemáticas, con mi manera de hacer estoy transmitiendo unos valores implícitos. Cuando tomo conciencia de ellos y los hago explícitos toman un valor mayor: el del sentido.

Lo mejor de uno
            
           Empezó siendo profesor de primaria y de bachillerato hasta que entendió que a quien había que formar era al profesorado. Ha sido coordinador del Grupo de Investigación y Asesoramiento Didáctico, promotor de la Red Internacional de Creatividad y presidió la Asociación para la Creatividad. Toda su vida ha girado en torno a la innovación educativa, la creatividad y su estimulación, con más de cuarenta títulos publicados. "Educar es sacar lo mejor de cada persona", asegura. Para él, nunca es tarde para aprender a vivir y a relacionarse, por eso impulsa el III Forum Internacional Innovación y Creatividad. La adversidad como oportunidad (sidtransdiciplina@yahoo.es).


    “El buen educador ha de tener algo de marino, un poco de poeta y mucho de pirata”. Es una expresión de Saturnino De La Torre, ¿sientes curiosidad por saber qué puede aportar la piratería a la enseñanza…? La frase fue dicha en su intervención en el “Primer Congreso de Niños del Tercer Milenio”. Te propongo desvelar el misterio viendo y oyendo su ponencia en dicho congreso. Ponte cómodo  y prepárate a disfrutar de 15 deliciosos minutos.

Educar sintiendo -sentipensar - Ponencia de Saturnino De La Torre from arcoirisdan on Vimeo.


Si quieres leer con tranquilidad  el poema con el que terminó su intervención Saturnino dirígete a la siguiente dirección:
ninostercermilenio.blogspot.com/​2010/​04/​extraordinario-exito-del-congreso.html

Puedes ver un resumen del Congreso Niños del Tercer Milenio en:
ninostercermilenio.blogspot.com/​2010/​10/​video-resumen-del-congreso-ninos-del.html

SIGUIÓ A SUS SUEÑOS Y SE ACERCÓ A LAS ESTRELLAS…

“Yo le digo a los jóvenes y a las jóvenes que es fundamental dejar que el corazón los guíe. Que sigan su estrella, que sigan los sentimientos de su corazón. No importa cuál sea la meta que uno se haya propuesto; lo prioritario es que disfruten del camino,  porque éste es tan importante como la meta misma. No dejen que nadie les diga que no se puede”.
         Estas son palabras de Franklin Chang Díaz, el hombre que más tiempo ha estado paseando por el espacio fuera de una nave. Si en nuestras escuelas se nos dieran mensajes similares al anterior, y los maestros estuviesen intentando encarnarlos, estaríamos cambiando los cimientos de nuestra sociedad hacia una cultura en la que las personas estarían dando lo mejor de sí. En este mundo compartir nuestros sueños con los demás sería la mayor riqueza,  todos vivirían desde su dignidad de grandes creadores y la hermandad sustituiría a la competitividad. Entonces, podríamos hablar de auténtico progreso.
               Cuenta Chang que cuando tenía cuatro años se subió al tejado de su casa a contemplar las estrellas… fue su primer paseo espacial. Esta vivencia probablemente preparó a su mente para dejarse conducir por su corazón, tal vez comprendió que la sabiduría que vive en él es superior a cualquier conocimiento, a cualquier pensamiento. La cuenta atrás había comenzado… contemplaría aquellas mismas estrellas desde el propio espacio exterior… nada le  podría impedir ser astronauta… Así es la fuerza de los sueños, imparable…
         Dejemos ahora que el propio Chang nos hable de sus vivencias:

Entrevista en “La Contra" de "La Vanguardia” realizada por Ima Sanchís  (2-3-2011)

60 años. De nacionalidad estadounidense, nací en San José de Costa Rica y vivo entre Guanacaste y Houston. Casado, 4 hijas. El planeta sufre el peso de la humanidad, tendremos que salir al espacio. Soy creyente. Me interesa más cómo funciona el universo que quién lo hizo.

 Sí, he estado ahí fuera, solo, lo único que te separa del vacío es el fino visor de la escafandra del casco. Hay momentos de temor, cuando el vehículo entra
en la parte oscura de la Tierra.

¿Y el planeta desaparece?
... Y te invade la sensación de soledad. Piensas que tal vez te han abandonado flotando en el vacío y rodeado de estrellas.

¿Le cambió esa sensación?
Sí, el mundo visto desde el espacio se ve tan tranquilo que es inevitable no entristecerse por las guerras que están ocurriendo.

Pues mandemos al espacio a esos que llaman a las víctimas daños colaterales.
Yo no me siento ciudadano de un país, sino de un planeta. Todos somos astronautas, vivimos en una nave espacial que es nuestro planeta. Algún día la Tierra será el parque natural de la humanidad, un lugar bonito al que regresar para ver nuestras raíces y no un lugar destrozado e irrecuperable. El espacio es la supervivencia del ser humano.

Que un latino llegue a ser astronauta no es algo común.
Yo salí de Costa Rica con el deseo de serlo a los 18 años, cuando la exploración espacial estaba en pañales. Pero cuando era niño ya era astronauta: volcaba unas sillas en una caja de cartón y me sentaba a hacer la cuenta atrás, y visitaba otros planetas.

¿A qué se dedicaba su padre?
Era capataz, no había ido al colegio. Éramos una familia de clase media. A mí me costaba el estudio y fui rebelde: contracultural, contra la guerra de Vietnam, pacifista... Nunca fui nada especial, yo iba con la masa.

¿Y cuándo empezó a ser especial?
Nunca, simplemente era testarudo, quería ir al espacio y ser científico a pesar de no ser un buen estudiante. He tenido suerte, llegué a EE.UU. cuando era el país de las oportunidades, con 50 dólares en el bolsillo y sin hablar ingles, y hubo mucha gente que me ayudó. Trabajé duro y conseguí una beca.

¿En qué ha fracasado?
De niño tuve problemas en secundaria, luego con mis padres. Cuando llegué a EE.UU. me costó muchísimo aprender el idioma. La primera universidad a la que me postulé no me aceptó, y suspendí mi primer intento de doctorarme. Tuve dificultades, pero siempre un fracaso trajo un resultado mejor.

¿Qué ha aprendido?
Qué uno tiene que ser persistente, tener fe y optimismo. Ahora estoy en un nuevo capítulo de mi vida, acabo de salir de la NASA y he creado mi propia empresa, otra aventura.
Transporte espacial a alta velocidad.
Sí, he patentado un motor de plasma que permite reducir el tiempo de vuelo. Si para ir a Marte invertimos siete y ocho meses, con la tecnología Vasimr llegaremos en mes y medio, a 55 km por segundo. Cuanto más lejos vamos más rápido podemos ir.

¿Dónde viviremos?
Probablemente en la próxima década estableceremos bases en la Luna y en la década de los 30 ya estaremos en Marte, cuya atmósfera nos permitirá hacer invernaderos de plantas que produzcan oxígeno y alimentos. Habrá colonias autosuficientes. Luego colonizaremos las lunas de Júpiter.

Pero no hay un planeta tan bonito como la tierra.
En nuestro sistema solar no, pero se han descubierto cientos de planetas orbitando las estrellas más cercanas y esperamos que haya abundantes planetas como la Tierra. Vamos a esparcirnos por todo el universo.

¿Y los extraterrestres qué opinarán?
La vida es la norma, no la excepción, y probablemente hay vida más avanzada que la nuestra y vida menos avanzada, la cuestión es: ¿seremos capaces de respetarlos?

¿...?
¿Ha visto Avatar? Esperemos que no volvamos a cometer los mismos errores que ya cometieron los españoles con los indígenas. Sus hijos o los hijos de  sus hijos tendrán que lidiar con eso. Esas son las cosas que uno se plantea  cuando está en el espacio.

No todo es bonito desde allí arriba...
La Tierra está cubierta por una capa de chatarra: miles de satélites muertos.  Los que están en órbitas polares son peligrosos, todos se encuentras en el polo y hay una gran posibilidad de choque. Cuando lo hacen crean un enjambre de fragmentos que vuelan a hipervelocidades, como balas, y que chocan con otros satélites y los destruyen.

¿Pretende usted limpiar el universo?
Sí, con el Vasimr. Quiero bajar esos satélites para que se quemen con la  atmósfera de la Tierra o lanzarlos al Sol.

¿Y convertir el Sol en el vertedero cósmico?
El Sol absorbe todos estos materiales, los desintegra y se convierten en  elementos, como en la tabla periódica: oxígeno, hierro, platino... y se integran en el Sol, una especie de reciclaje cósmico.

¿Qué estimuló su imaginación?
Una noche, a los cuatro años, desperté a mi hermana, que tenía seis, y  subimos al tejado de casa a comer naranjas y mirar las estrellas. Mis padres nunca se enteraron. Los niños son exploradores natos, son los adultos los que comienzan a cerrarles las puertas, y, así, acabamos encajonados.

No es su caso.
Hoy no me aceptarían en la carrera que elegí, mi nota de corte sería  insuficiente. Si a uno le cortan el camino jovencito se pierde mucho talento por el camino, cada uno tiene su tempo. Dejémosles perseguir sus sueños, que nadie les diga que no se puede.


Un crack

Es un privilegio que los estudiantes puedan escuchar en el Parc Científic de la UB a este doctor en Ingeniería Nuclear que ha hecho tres caminatas espaciales de 16 horas y que cuenta con sensibilidad e inteligencia para aprender humanamente de ello; que se ha reinventado a los 54 años creando la Astra Rocket Company, un laboratorio con sede en Houston y en Costa Rica, no se olvida de sus orígenes, donde diseña y produce motores espaciales que revolucionarán el futuro. Un hombre de origen humilde que destina parte de su dinero y de su tiempo a ayudar a los niños más pobres de su tierra y a que las drogas no acaben con las mentes jóvenes. Nadie llega a nada sin la ayuda de otros.


      Franklin Chang está ahora embarcado en una nueva aventura, intentando que nuestros sueños de viajar por el sistema solar se puedan hacer realidad. Ha creado una compañía que está diseñando un motor de plasma que reduciría de forma importantísima los tiempos de viaje y también los costos económicos, dos factores vitales en la exploración espacial. Dejemos que este  hacedor de sueños nos lo explique de viva voz: