“LA SANGRE DE LA SOCIEDAD ES EL DINERO Y LOS BANCOS DEBERÍAN HACER DE CORAZÓN”

La economía desde el corazón no sólo es
posible, sino que ya vive en muchas personas

Estas palabras de Joan Melé no son en absoluto utópicas, su propia vida demuestran su validez. Dejó, a punto de jubilarse con una espléndida pensión, su puesto como director de una sucursal en una entidad bancaria muy importante para seguir lo que sentía en su corazón. Hoy es subdirector en España de una banca ética: “TriodosBank”. Joan es un ejemplo vivo de que nunca es tarde para ser fiel a uno mismo, treinta años en la banca tradicional no sólo no le frenaron,  sino que le han servido como experiencia para convertirse en un excelente puente para pasar de un mundo basado en la competitividad, en desmembrar a la sociedad, a otro que siente a la humanidad como un solo organismo en el que la salud de un órgano es la salud de todos.
            En el dinero hemos proyectado nuestras limitaciones en vez de nuestra creatividad. Nos hemos comportado con él como con el agua en el que echamos nuestros desperdicios, sabiendo que tarde o temprano necesitaremos esa misma agua para beber; por eso, nos hemos intoxicado con él. La solución no está en no emplearlo, sino en tratarlo con respeto, con amor… poniendo en él lo mejor de nosotros; reconociéndole como un maravilloso intercambiador de nuestras creaciones.
El dinero nos da el perfume que plantemos en él
¿Qué nos impide poner nuestras mejores esencias...?
             Podemos empezar con pequeños gestos como pagar poniendo conciencia en las monedas y billetes, dándolos con una sonrisa, sabiendo que entregamos un enorme potencial… quizás con ese billete se compre un maravilloso regalo que llevará la ilusión a un niño, o unas flores que serán mensajeras de una grata noticia, o alimento a personas necesitadas… todo un mundo de posibilidades. Sintámonos importantes cuando paguemos, porque estamos haciendo circular la sangre de la economía, de una economía que es creación de todos.
            Pero no olvidemos los otros pagos, los que hacemos a través de nuestras cuentas bancarias, en ellos también podemos poner conciencia. No hace falta que nos enfrentemos a los dirigentes de los grandes bancos, basta con que elijamos con quien trabajar, sobre eso sabe mucho la banca ética y Joan Melé, os dejo con la entrevista que Víctor Amela le hizo en “La Contra” de “La Vanguardia” el 27 -12-2011:


"¿Dejas que tu dinero financie armas y contaminación?"

Joan Antoni Melé, banquero ético
 Tengo 60 años. Nací y vivo en Barcelona. Soy subdirector general de Triodos Bank en España. Estoy casado. Tengo tres hijos, de 27 a 38 años, y una nieta de 4 años.¿Política? No me gusta este sistema. Busco la espiritualidad universal. La especulación es nuestro cáncer.




Qué hace mi banco con mi dinero?
Invierte en industria armamentística. Es una industria muy española, por otra parte.

Tenemos fábricas, ¿no?
De minas antipersona, luego de bombas de racimo... Pregunté a un banquero por qué invertíamos en armas, y me dijo: "Es que si no lo hacemos nosotros, lo harán otros". ¿Qué argumento es ese?

Califíquelo.
Supone anteponer la codicia a cualquier otro principio. Contraviene mi conciencia: por eso dimití del banco en el que trabajaba.

¿Qué banco era?
Da igual, he sido bancario durante 30 años, y todos hacen lo mismo: compiten por maximizar sus beneficios y hacen barbaridades.

¿Qué barbaridades?
Ingeniería financiera, especulación, economía de casino, fondos estructurados en los que ya no sabe en qué se invierte el dinero.

Todo legal, sin embargo.
Sí, y eres corresponsable si sólo buscas que tu banco te ofrezca unos euros más de rentabilidad... sin preguntarte cómo lo consigue.

Explíquemelo usted.
Acabas financiando explotación infantil, industrias contaminantes... Un amigo ecologista se manifestaba contra una industria contaminante. "¡Si estás financiándola con tu dinero, tu banco invierte ahí!", le dije.

¿Mi banco también?
Eso le dije a los del 15-M: "Cuando parecíamos prósperos, ¿dónde estabais? ¿Por qué no ocupabais las plazas por los pobres del mundo?". Nos quejamos sólo cuando nos toca a nosotros. ¡Lo primero es cambiar uno!

¿Algún otro ejemplo?
Si vas a una manifestación por la paz, ¿por qué dejas tu dinero en una caja o banco que acaba financiando armas o contaminación?

¿Me guardo el dinero en un calcetín?
No, porque el dinero es la sangre del organismo social: muévelo para que alimente proyectos útiles a la sociedad.

¿Usted lo hace?
Ahora trabajo en un banco que mete su dinero en escuelas e instituciones culturales, en empresas de energías renovables, en agricultura biodinámica, bioconstrucción, en proyectos de interés social. Ya no me traiciono.

¿Banca ética?
Banca con principios. Los directivos cobramos un sueldo y punto. Los beneficios son para invertirlos, no para repartírnoslos nosotros. Nada de incentivos por resultados.

Pero los incentivos estimulan, ¡no?
Acaban estimulando a esos directivos a inventarse trucos para conseguir beneficios a toda costa, ¡y de ahí las barbaridades!

Algunos banqueros han arruinado a sus bancos y se han retirado forrados.
Acabemos ya con esa impunidad y exijámosles responsabilidades.

¿Damos dinero público a los bancos?
Sólo si el Estado fiscaliza la gestión de ese dinero. O todo seguirá igual: ¡los bancos han seguido especulando con ese dinero de todos! Opino que dejar caer algún banco hubiese servido de escarmiento al resto.

¿Cuántos clientes tiene su banco?
Ahora unos 60.000: se han duplicado en un año y se duplicarán el año que viene.
Una banca transparente es un ingrediente
fundamental para una auténtica democracia.

¿Cómo sé que su banco no especula?
Cada céntimo se audita, cada inversión se pública en la web, nos obligamos a una transparencia radical. Analizamos al dedillo cada inversión, y las condicionamos.

¿A qué condiciones se refiere?
Prestamos dinero a unas escuelas, pero exigimos que los menús del comedor de los niños fueran de alimentos ecológicos.

Pero ustedes quieren ganar dinero.
Hemos rechazado depósitos importantes porque dudábamos de su procedencia. Queremos tener la conciencia tranquila, beneficiar a la sociedad, y no ganar por ganar.

¿Es su banco tan solvente como otro?
Nuestro "rating de solvencia" es de 14, superior al de los bancos grandes, que es de 8.

¿Y cómo lo consiguen?
Es que no apostamos, no jugamos a la ruleta rusa: sólo invertimos en economía real y nada en economía especulativa. Eso hace mucho más segura cada inversión, y además las seguimos muy de cerca. Por todo esto nuestro índice de morosidad es muy bajo.

¿Qué pasaría si su banco fuera grande?
Que nuestra sociedad cambiaría.

¿A partir de qué tamaño sucedería?
Con dos millones de impositores, la sociedad sería otra: las personas estarían por delante de los números. La especulación es el cáncer de nuestro tiempo.

¿Cómo extirparlo?
Crecer por crecer es destructivo. Es hora de cambiar la globalización de la economía por la globalización de la conciencia.

¿Y cómo se hace eso?
Enseña a tus hijos que no se trata de ganar dinero, sino de ganar la vida. Sustituyamos consumo material por consumo espiritual.

¿Espiritual?
Sí, llenemos la vida de amigos, conversaciones, libros... Prioricemos la cultura, el respeto al medio ambiente. ¡Demos sentido a todo lo que hagamos! Admiremos a los buenos por encima de los listos.

No es fácil.
Ya, pero que no nos pase que por pensar que podemos hacer poco, acabemos por no hacer nada.

¿Su prédica hará cambiar de prácticas a los demás bancos?
No lo creo: que hagan lo que quieran, ¡pero será sin mi dinero!

Dinero y conciencia

Al filo de la edad de jubilación, dejó su trabajo. Su conciencia no le dejó seguir ni un día más para cobrarla: se despidió del banco en que trabajaba y se fue a casa. Su esposa le respaldó, pese a la renuncia económica. Pero ganó paz interior. Decidió que sería banquero sin traicionar sus principios, y se implicó en la llamada banca ética: hoy es alto cargo de Triodos Bank (www.triodos.es), que sólo invierte en empresas que ayuden a mejorar la vida de las personas. Renuncia al beneficio rampante, evita los riesgos de la especulación y se va a la cama sabiendo que su dinero es útil a la sociedad. Lo explica en el libro Dinero y conciencia (Plataforma), subtitulado ¿A quién sirve mi dinero?


            Joan es una persona apasionada, que habita las palabras que pronuncia y las da vida. Es un gran comunicador que sabe conmover por dentro a la vez que expresa un gran conocimiento de los temas tratados. Te invito, ahora, a ponerte cómodo, a sacar un billete de tu cartera, dejándolo bien a la vista, y a sentir de viva voz a Joan Melé en una charla. Cuando termine mira el billete y pregúntate cómo quieres que sea a partir de ese momento tu relación con el dinero. ¿Te gusta la propuesta…? Te dejo con este amante de la humanidad, que se niega a ensuciar una de sus más bellas creaciones: el dinero.

             




Podemos conseguir que el dinero
se encuentre con su propia inocencia
    Todo lo que se ama se retorna a la inocencia, y el dinero no es una excepción. Si te queda alguna duda de que podemos hacer del dinero algo maravilloso, como el agua pura y cristalina que brota de un manantial, te invito a visitar la siguiente entrada en la que encontrarás un regalo: una charla de Joan Melé con el sugerente título de “Espíritu y dinero: la Comunión del Ser Humano y la Tierra”. La economía desde el corazón no sólo es posible, sino que ya ha comenzado, compruébalo tú mismo, ¡qué lo disfrutes!:

“PERDER EL MIEDO ES SANAR LA VIDA”

       Son palabras de Frank J. Kinslow, que se dedica a enseñar a tomar posesión de nuestra conciencia, base de la existencia y de nuestro poder como seres creadores de nuestra propia vida. Una crisis a los 61  le hizo descubrir lo que muchos años de meditación no habían logrado: tan solo hay que parar nuestros pensamientos y sentir la esencia que les da vida. Algo tan sencillo había sido escondido bajo edificios de creencias construidos durante siglos de culturas, que hemos habitado viviendo dramas y experimentando realidades dentro de la dualidad.
     Observarnos más allá de las creencias en las que desarrollamos nuestros pensamientos es algo fundamental para atrapar al “ratón” de la conciencia. Una vez en nuestras manos, tenemos acceso a esa parte de nosotros que está más allá del autoengaño. Desde este territorio la vida se torna fácil, fluida: hemos sabido salir del laberinto de la mente. En palabras de Frank Kinslow: “la conciencia disuelve los problemas”
       La mente programa desconfía ante la sencillez, al fin de cuentas su seguridad la ha encontrado en la mirada compleja, que inevitablemente la lleva a pensarse víctima de las circunstancias. Esta mirada ha creado la especialización, haciendo de la medicina algo cada vez más complicado y caro. Ante esto Kinslow nos propone una salud sencilla y barata, a la que sin duda se van a oponer las mentes más avanzadas en el mundo laberíntico. ¿Te apetece conocer sus experiencias al respecto…? Te invito a leer la siguiente entrevista que le realizó el periodista Víctor M. Amela para la sección de “La Contra” de “La Vanguardia”. Feliz salida del laberinto.


   "No hay nada de malo en relajarse y no hacer nada"
       -Frank J. Kinslow, que predica la curación cuántica-


 Tengo 65 años. Nací en Pensilvania y vivo en Florida. Soy médico quiropráctico. Me he casado dos veces y tengo tres hijos y tres nietos. ¿Política? Nada.¿Creencias? La convicción de que despertar la conciencia es sanador.Deja de esforzarte en hacer: obsérvate, sé consciente.

Ahora todo es cuántico, ¿eh?
Sí, lo sé, es moda. Yo hoy no bautizaría mi método como Quantum Entrainment...
 ¿De qué va su método?
De tomar consciencia de un problema. La conciencia lo disuelve.
 Anda ya.
Ya verás: ponte en pie.
 En pie, ya está.
Ahora piensa en algo que te preocupe.
 ¿Qué tipo de preocupación?
Un dolor, un patología, un conflicto...
 Pensado, va.
Del 0 al 10, ¿hasta qué punto te preocupa?
 Un... seis.
Relájate.
 La palma de su mano roza mi espalda.
No hago nada. No hagas nada. No hacer.
 Ajá.
Así, bien.
 ¿Pinza mi nuca con pulgar e índice?
Tu cuerpo oscila. Es normal, no pasa nada.
 ...
Así. Muy bien. Calma. Un par de minutos...
 ...
Ya está. ¿Qué tal?
 Bien. Relajado.
¿Cuánto te pesa ahora ese problema en que has pensado? Del 0 al 10.
 Tres...
¡Bien! Lo has relativizado a la mitad que hace un rato. No tienes que hacer nada más.
 ¿Ya está?
Durante un par de días, la sanación continuará. El problema irá disolviéndose.
 ¿Por qué debería? Difícil creerle...
Has tomado conciencia, y ahora ella se ocupa. Así funciona. Esforzarte en hacer no funciona. Se trata de no hacer: eso descubrí.
 ¿Cómo lo descubrió?
A los 61 años perdí el trabajo, perdí la casa, me divorcié, tuve que trasladar mi consulta, me comían las deudas... Y comencé a angustiarme muchísimo.
 Hombre, es normal.
No, porque yo venía practicando meditación trascendental ¡dos horas y media cada día durante los últimos 35 años!
 ¿Ah, sí?
Vivía en Japón, y a los diez años me iniciaron grandes maestros japoneses. Así entrenado, se suponía que gozaba de una mente calma y desapegada de lo material... ¡y me descubrí aterrorizado por la falta de dinero! ¡Tenía mucho miedo! Así que algo fallaba.
 ¿Y qué hizo?
Dejar de esforzarme en buscar soluciones: me limité a observarme, a observar mis sentimientos, mi miedo...
 ¿Y qué pasó?
¡Que mi miedo se disipó! Y una gran paz lo reemplazó.
 ¿Conclusión?
Silencio. Conciencia. Inactividad. ¡No hay nada de malo en relajarse y no hacer nada! Así, con la mera conciencia, se sanan conflictos emocionales. Y, de paso, fisiológicos.
 Mi conciencia no es tan poderosa.
Sí lo es. ¡La paz está ahí! La tienes en ti, pero lo has olvidado. ¡Deja de hacer, deja de esforzarte, y permite que aflore esa paz! Brillará como una joya luminosa.
 Muy bien, que aflore. Y luego, ¿qué?
Te sanarás desde lo más profundo, disolverás dolencias psíquicas y físicas. Tu conciencia solventará esos males en poco tiempo.
 ¿Qué entiende usted por conciencia?
Si la mente fuese una bombilla, la conciencia sería la electricidad que la ilumina. Sin conciencia, no existe nada. La luz es la paz.
 ¿Dónde está la conciencia?
La conciencia pura es informe e ilimitada. Es fuente de toda la energía y la materia.
 ¿Sí?
Orden y forma generan las ondas ("cuerdas"), que al cruzarse generan partículas subatómicas, que al combinarse forman átomos, que al unirse crean moléculas, que a su vez componen sustancias, objetos...
 ¿Puedo acceder a esa conciencia pura?
Siéntate cómodo. Cierra los ojos. Sigue el fluir de tus pensamientos. Tras unos segundos, pregúntate: "¿Por dónde llegará mi próximo pensamiento?".
 ¿Y?
Vuelve a hacerlo y observa: ¿detectas una pequeña pausa entre tu pregunta y el pensamiento siguiente? ¿Y entre un pensamiento y otro? Está atento y descubrirás ese intervalo: ¡ese intervalo es... conciencia pura!
 Ya.
Si repites este ejercicio unos minutos –puedes preguntarte: "¿A qué olerá mi próximo pensamiento?", "¿a qué se parecerá mi próximo pensamiento?"–, advertirás que tus pensamientos se sosiegan, que tu cuerpo va relajándose... Y surgen eumociones.
 ¿Qué son las eumociones?
Paz, alegría, gozo, ¡lo propio de la conciencia pura!
 ¿Cada cuánto aconseja este ejercicio?
Puedes hacerlo durante un minuto en diversos momentos del día. Es vivir la experiencia de la no experiencia. Y si observas con regularidad ese intervalo, ¡notarás más energía, te sentirás mejor!
 ¿Algo tan sencillo resulta tan sanador?
He visto a personas que en su lecho de muerte me han dicho: "¡Gracias por salvar mi vida!". Perder el miedo es sanar la vida.
 Este método suyo se parece a venta de humo, a un crecepelo de la nada.
La técnica no es nada: importa la conciencia. Córtate las uñas sin conciencia... y harás un destrozo. Sé consciente de la conciencia pura: irás más allá del cuerpo y la mente... y todo lo que sucederá será para bien.

Conciencia pura
"Si puedes pensar en algo..., ¡es que puedes arreglarlo!", me resume Kinslow. Lo arreglará la "conciencia pura" –eso que queda tras eludir pensamientos y emociones–, guiada por la intención: según este principio, puedes visualizar tu tobillo lesionado como ya curado... y tenderá a sanar, afirma Kinslow. El entrelazamiento cuántico –un principio confirmado por la física de partículas subatómicas– sería el referente científico bajo el que presenta este método (Quantum Entrainment) el doctor Kinslow. Lo explica con tanta simplicidad que casi da risa: "No te pido que cambies tus creencias, sólo que pruebes", y me invita a leerLa curación cuántica y El secreto de la vida cuántica(Sirio).

VÍDEO:
Si quiere ver a Frank en acción, mostrándonos cómo con un  sencillo ejercicio podemos lograr ir más allá de nuestros problemas, mira el siguiente vídeo






AUDIO:
     Puedes oírle más a fondo en la entrevista que Alex García le hizo en su programa radiofónico "Boira" haciendo clic sobre el siguiente link
http://www.ivoox.com/frank-kinslow-y-la-curacion-cuantica-con-el-audios-mp3_rf_837240_1.html


NO NOS LIMITA LA GENÉTICA, SINO NUESTRAS CREENCIAS

        Desde la perspectiva del paradigma materialista la genética nos limita e incluso determina buena parte de nuestra vida. Esta visión de la vida ha provocado una enorme inversión económica por parte de poderes fácticos que buscan, siguiendo fielmente ese mismo paradigma, ser los más fuertes. Pero he aquí que la inteligencia no es cuestión de dinero, sino fundamentalmente de mayor perspectiva y sensibilidad. Por eso, están surgiendo científicos en todos los confines del mundo que están llevando nuestro conocimiento más allá de lo establecido, unos fuera de las universidades y otros desde el ámbito académico, pero todos desde la independencia de pensamiento, todo un lujo en una sociedad que ha sido educada para lo contrario.
            Bruce Lipton es uno de estos científicos. Su estudio de la epigenética le ha abierto una puerta a los nuevos paradigmas científicos, que observan el mundo desde una mirada holística. En su maravilloso libro “La biología de la transformación” escrito conjuntamente con Steve Bareman da una visión profunda y a la vez sencilla, como buen divulgador que es, de cómo los paradigmas han ido configurando las civilizaciones e influenciando en la genética que el ser humano ha desplegado. Hacernos conscientes de ello es todo un salto cuántico evolutivo,  pues nos permite contemplar por vez primera el sentirnos plenamente los dueños de nuestra vida, incluida nuestra biología y salud, toda una mala noticia para los intereses de los imperios farmacéuticos.

La evolución de los paradigmas.
Imagen extraída del libro "La biología de la transformación"
     La evolución histórica de cómo los diversos paradigmas se han movido entre la materia y el espíritu, y los correspondientes desequilibrios  entre estas dos visiones del mundo, es una gran aportación de este libro, que puede ayudar a muchos científicos a descubrir cómo sus pensamientos estaban realmente limitados a unas determinadas creencias.
            Os invito ahora a disfrutar de las palabras de Bruce Lipton,  en la siguiente entrevista realizada por Ima Sanchís para “La Contra” de “La Vanguardia” el  9 de septiembre del 2011; seguro que os sorprende gratamente más de una vez, pues a todos nos libera sentirnos más poderosos.

"Lo que pensamos varía nuestra biología"
Bruce Lipton, doctor en Medicina, investigador en biología celular



   Tengo 67 años. Nací y vivo en Nueva Zelanda. Estoy casado, tengo dos hijas y tres nietos. Creo que la evolución de la civilización está ocurriendo ahora. Un cuerpo humano está hecho de 50 trillones de células, el ser es una comunidad. Pasé de científico agnóstico a místico.

Me enseñaron que los genes controlan la vida, que en ellos se inscriben todas nuestras capacidades y características, pero es falso.

¿Del todo?
No somos víctimas de nuestra genética, en realidad es el ADN el que está controlado por el medio externo celular.

¿Qué significa eso?
La célula es la vida. Hablar de una célula es como hablar de una persona. Nosotros recibimos la información a través de los cinco sentidos y las células reciben las señales del entorno a través de los receptores que captan la información. El ADN es controlado por señales que vienen desde fuera de la célula, incluyendo mensajes energéticos de nuestros propios pensamientos, tanto los positivos como los negativos.

¿Somos lo que vivimos y pensamos?
Sí, y cambiar nuestra manera de vivir y de percibir el mundo es cambiar nuestra biología. Los estudios que empecé hace cuarenta años demuestran que las células cambian en función del entorno, es lo que llamamos epigenética. Epi significa por encima de la genética, más allá de ella.

¿Y?
Según el entorno y como tú respondes al mundo, un gen puede crear 30.000 diferentes variaciones. Menos del 10% del cáncer es heredado, es el estilo de vida lo que determina la genética.


¿Es el entorno el que nos define?
Aprendemos a vernos como nos ven, a valorarnos como nos valoran. Lo que escuchamos y vivimos nos forma. No vemos el mundo como es, vemos el mundo como somos. Somos víctimas de nuestras creencias, pero podemos cambiarlas.

Pero las creencias están inscritas en lo más profundo de nuestro subconsciente.
Cierto. El subconsciente es un procesador de información un millón de veces más rápido que la mente consciente y utiliza entre el 95% y el 99% del tiempo la información ya almacenada desde nuestra niñez como un referente. Por eso cuando decidimos algo conscientemente como, por ejemplo, ganar más dinero, si nuestro subconsciente contiene información de que es muy difícil ganarse la vida, no lo conseguiremos.


                                      ¿Entonces?
Si cambiamos las percepciones que tenemos en el subconsciente, cambiará nuestra realidad, y lo he comprobado a través de numerosos experimentos. Al reprogramar las creencias y percepciones que tenemos de cómo es la felicidad, la paz, la abundancia, podemos conquistarlas.

Me suena a fórmula feliz...
Así es como funciona el efecto placebo. Si pienso que una pastilla me puede sanar, me la tomo y me encuentro mejor. ¿Qué me ha sanado?...

¿La creencia?
Eso parece. Al igual que los pensamientos positivos y el efecto placebo afectan a nuestra biología, existe el efecto nocebo: si crees que algo te hará daño, acabará por hacerte daño. Henry Ford decía que tanto si crees que puedes como si crees que no puedes, tienen razón. Si eliges vivir un mundo lleno de amor, tu salud mejorará.

¿Y eso por qué?
La química que provoca la alegría y el amor hace que nuestras células crezcan, y la química que provoca el miedo hace que las células mueran. Los pensamientos positivos son un imperativo biológico para una vida feliz y saludable. Existen dos mecanismos de supervivencia: el crecimiento y la protección, y ambos no pueden operar al mismo tiempo.

O creces o te proteges.
Los procesos de crecimiento requieren un intercambio libre de información con el medio, la protección requiere el cierre completo del sistema. Una respuesta de protección mantenida inhibe la producción de energía necesaria para la vida.

¿Qué significa prosperar?
Para prosperar necesitamos buscar de forma activa la alegría y el amor, y llenar nuestra vida de estímulos que desencadenen procesos de crecimiento. Las hormonas del estrés coordinan la función de los órganos corporales e inhiben los procesos de crecimiento, suprimen por completo la actuación del sistema inmunológico.

¿La culpa de todo la tienen los padres?
Las percepciones que formamos durante los primeros seis años, cuando el cerebro recibe la máxima información en un mínimo tiempo para entender el entorno, nos afectan el resto de la vida.

Y las creencias inconscientes pasan de padres a hijos.
Así es, los comportamientos, creencias y actitudes que observamos en nuestros padres se graban en nuestro cerebro y controlan nuestra biología el resto de la vida, a menos que aprendamos a volver a programarla.

¿Cómo detectar creencias negativas?
La vida es un reflejo de la mente subconsciente, lo que nos funciona bien en la vida son esas cosas que el subconsciente te permite que funcionen, lo que requiere mucho esfuerzo son esas cosas que tu subconsciente no apoya.

¿Debo doblegar a mi subconsciente?
Es una batalla perdida, pero nada se soluciona hasta que uno no se esfuerza por cambiar. Deshágase de los miedos infundados y procure no inculcar creencias limitadoras en el subconsciente de sus hijos.

Podemos cambiar
No se trata de un gurú de las pseudociencias, Lipton impartió clases de Biología Celular en la facultad de Medicina de la Universidad de Wisconsin y más tarde llevó a cabo estudios pioneros de epigenética en la facultad de Medicina de la Universidad de Stanford que lo llevaron al convencimiento de que nuestro cuerpo puede cambiar si reeducamos nuestras creencias y percepciones limitadoras. El problema siempre es el cómo: cómo cambiar la información del subconsciente. En su libro La biología de la creencia(Palmyra) recomienda métodos como el PSYCH-K. Y en La biología de la transformación (La esfera de los libros) explica la posibilidad de una evolución espontánea de nuestra especie.

Si el tema de las creencias y cómo configuran nuestra vida te interesa te invito a visitar la siguiente dirección, en la que también podrás ver un vídeo de Bruce Lipton con el sugerente título de “Tú puedes curarte a ti mismo”. ¡Felices encuentros con tus creencias y tu poder para cambiarlas!