"Un niño rogó a su payaso que le preparase el entierro"

André Poulié, que lleva risas a los hospitales

Entrevista en “La Contra” de “La Vanguardia”
VÍCTOR-M. AMELA  - 22/10/2010

Tengo 45 años. Nací en Holanda y vivo en Suiza desde bebé. He sido director de marketing de grandes multinacionales, pero lo dejé. Hoy proporciono payasos a los hospitales mediante la Fundación Theodora. Estoy soltero, con novia. Soy liberal y ecologista. Soy protestante

¿Cuántos payasos tienen? 

Son 161 payasos: muy bien  formados, visitan cada semana a niños enfermos en 120 hospitales de ocho países. 

¿También en España? 

Aquí han visitado nuestros payasos a 50.000 niños. En todo el mundo visitamos individualmente a 270.000 niños al año. 

¿Individualmente?

 
El Doctor Sonrisa está un rato con cada niño, capta su necesidad, le distrae, le hace reír, se establece una relación... 

¿Doctor Sonrisa?

 
Los doctores suelen andar atareados, serios. Así los niños ven a un doctor divertido, y ven el hospital más llevadero y alegre. Les encantan los juegos de magia... Abrimos una ventana de fantasía en su rutina. 

¿Y cómo reaccionan los chavales? 

Uno le dijo al médico que no quería ir a casa, ¡quería volver a ver a su Doctor Sonrisa! "La primera vez que veo esto", dijo el médico. 

¿Esa alegría ayuda a curarse? 

Nuestro objetivo no es terapéutico. Sólo es llevar sonrisas, alegría, risas, fantasía. 

Pero la alegría es muy saludable.

 
La oncóloga infantil Celia Gil, del hospital clínico San Carlos de Madrid, dice: "No hemos comprobado científicamente el efecto terapéutico de la risa, pero oír el hospital lleno de risas es suficiente para nosotros". 

¿No hay ningún estudio al respecto? 

Uno elaborado en Southampton por Alan Glasper analizó dibujos de niños antes y después del payaso: los dibujos posteriores expresan más optimismo, alegría...

¿Y qué dicen los padres? 

Les ayuda mucho ver a sus hijos reír y pasarlo bien, vivir un oasis en su sufrimiento... 

¿Y cómo lo viven los payasos? 

Un niño muy, muy enfermo le dijo a un payaso: "Ve a divertir a mi mamá, que está muy triste, que yo estoy bien, estoy bien...". 

Es duro... 

Los payasos se preparan todo un año para hacer este trabajo tan delicado. No sólo saben conectar con el niño para divertirle, también deben estar muy preparados emocionalmente: hay emociones fuertes, hay que saber encajar todo lo que suceda... 

¿Está pensando en algo en particular? 

Un día, un niño le rogó a su payaso que, por favor, le preparase su entierro... 

Buf. Buf. 

El niño sentía su muerte próxima, y hablar con su payaso sobre ello le consoló y alivió. El niño no quería ver sufrir a sus padres... Aquí, niño y payaso fueron dos personas hablando de corazón a corazón. Es eso. 

¿Qué sucedió al final? 

Fue un funeral hermoso, con los payasos, otros niños amigos, los padres, viviéndolo todos con gran aceptación... Son momentos muy intensos, impresionantes. 

¿Cómo se le ocurrió esta iniciativa? 

Yo era director de marketing de Procter & Gamble, Tag Heuer, L´Oréal... ¡Muchos matarían por esos cargos! Pero no me llenaban, no era lo que yo quería. Y cuando mi madre enfermó, lo dejé... 

¿Qué le pasó a su madre? 

Le diagnosticaron cáncer de mama. Estuvo en tratamiento durante dos años, y yo quise estar a su lado todo el tiempo. Ella me decía: "Sobre todo, no dejes por mí tu trabajo...". ¡Típico de ella! No le dije que lo dejaba, claro... Pero para mí era muy, muy importante estar a su lado. 

¿Por qué? 

Porque tengo muy vivo lo que me pasó cuando tenía 10 añitos: me corté medio pie derecho con una máquina cortacésped que teníamos en el jardín de casa, y siguieron dos años con catorce cirugías y seis meses de cama de hospital... Yno olvidaré lo que hizo Theodora, mi madre. 

¿Qué hizo? 

Estuvo cada día en la sala del hospital. Allí convalecíamos ocho niños. Eran niños camboyanos con piernas o pies mutilados por minas antipersona. A todos nos entretuvo, consoló y divirtió: cuentos, juegos, historias, imaginación... Yo padecía enormes dolores y la angustia de no saber si volvería a caminar..., pero la alegría de mi madre lo hizo todo llevadero, me evadió de la tristeza del hospital. 

¿Cómo fue vivir el final de su madre?

 
Hablamos de todo, de la vida, de mi padre muerto algo antes, caminamos, vivimos cada minuto, el presente, que es lo que importa... Y, tras su muerte, decidí crear la Fundación Theodora. 

¿Y dónde empezó a actuar? 

Me dirigí al hospital universitario de Lausana, temeroso: yo tenía 27 años y mis amistades me miraban como a un chiflado cuando sabían que iba a dedicarme a los payasos de hospital... Hablé con el doctor jefe de psicooncología, ¡y le gustó la idea! Pero no podía aprobarla sin el visto bueno de la enfermera jefa... Y me avisó de que era una germana muy estirada, muy rígida, muy estricta... 

¿Y qué hizo usted? 

Pues, muy temeroso, fui a hablar con ella. Al abrir la puerta de su despacho, me di cuenta de que conocía a esa enfermera: ¡era la que me había cuidado de niño, cuando estaba internado por lo de mi pie! 

¿Y cómo reaccionó ella? 

En cuanto me reconoció, su rigidez se dulcificó, porque entonces se acordó de mi madre y de todo lo que ella había hecho por los niños de aquella sala... Y así pude empezar a llevar payasos al hospital. Todo gracias a la bondad, generosidad y amor de Theodora, mi madre. Este es su fruto. 


Theodora

La Fundación Theodora ha formado ya en España a 26 payasos, según un programa que persigue llevar alegría y risa a los niños internados en hospitales. Su fundador, André Poulié, un hombre grande, radiante y muy sonriente, me glosa su fe en los payasos: "Ayudarían también a poner las cosas en su sitio actuando en reuniones entre políticos del mundo". Sus payasos han ayudado a sobrellevar la estancia en hospitales de niños de todas partes, y su fundación forma payasos (doctorsonrisa@ theodo ra. org). Poulié, por su formación liberal, rechaza que su fundación (www. theodora. org. es) reciba subvención alguna: acepta sólo donaciones de particulares y empresas privadas. 


LA EDUCACIÓN HOLÍSTICA, UN CAMINO HACIA UNA ENSEÑANZA SIN FRACASOS

Artículo publicado en el nº 3 de la revista "Anoche tuve un sueño"
Autor: Carlos González


El punto de partida
             La crisis de nuestro sistema educativo parecer ser algo consustancial a nuestro modelo de sociedad, hasta tal punto que las sucesivas reformas han sido recibidas por la mayoría de los docentes sin ningún entusiasmo. Hay un dicho- de puro humor negro- muy común entre los profesores de secundaria: “A mí  no me preocupa la Nueva Ley de Educación, a fin de cuentas yo siempre hago lo mismo en clase”. Esta frase derrotista revela el desánimo reinante. 
            A la hora de buscar las causas de esta situación nos podemos perder en un enmarañado ramaje o procurar buscar el tronco, o mejor aún llegar a la raíz del problema. Todo modelo educativo se basa en la visión que tengamos del ser humano; ésta queda velada por normas, leyes y deseos de mejorar la situación actual. Así, podemos estar reunidos durante meses, como ha pasado en la preparación de la Nueva Ley de Educación, y no llegar a ningún acuerdo: nos hemos perdido en los detalles.
            La primera pregunta que tiene que hacerse un educador es cómo desea ver a sus alumnos, porque los resultados de su trabajo emanarán de su forma de mirarlos;  lo mismo podemos aplicar a cualquier reformador del sistema actual. Cuando contemplamos un telediario y oímos reiteradamente que la solución a la crisis económica es incrementar la productividad y la competitividad, podemos preguntarnos qué idea de ser humano hay detrás de todo esto y, sobre todo, cómo ha sido sustentada. La competitividad implica que siempre  haya un ganador y un perdedor, por lo tanto garantiza una situación en la que es imposible el bienestar de la totalidad de la sociedad. Nuestra educación prepara a los alumnos para aceptar esta realidad, y pone las bases para ver como normal la lucha para conquistar un buen puesto de trabajo. Esta idea impregna todo el sistema educativo, especialmente la enseñanza media.
            Todo esto, que suele pasar desapercibido, es el germen que termina atacando y mermando la autoestima de nuestros alumnos y también la de sus profesores. Para que una persona pueda descubrir los potenciales que lleva dentro, base de una auténtica educación, es necesario que sienta su propio poder, que confíe plenamente en ella. Nuestros colegios, sin ser consciente de ello, no están en general apoyando este proceso, entre otras razones porque los maestros somos fruto de una educación, que ha potenciado más una determinada idea de éxito que el desarrollo humano y personal de los alumnos. ¿Cómo es posible que aceptemos como normal que se hable tanto del nivel tecnológico de una sociedad, y tan poco del despliegue de los potenciales y dones de sus ciudadanos…?
            En una visión reduccionista de la problemática educativa se dice que nuestros adolescentes son unos mal educados, que han perdido el respeto por sus padres y por sus maestros, que sólo piensan en ellos. Como profesor de secundaria durante 24 años he estado tentado por esta explicación muchas veces, me hacía sentir más cómodo dentro de la incomodidad y sobre todo me ayudaba a refugiarme en mi propio victimismo. Pero algo dentro de mí me  decía que había algo más, que estábamos pasando cosas importantes por alto. Esta sensación aumentaba cuando podía dialogar a solas con mis alumnos, sin la presión del grupo y de cumplir con una clase, es decir cuando me permitía mirar al adolescente de corazón a corazón, sin prejuicios, sin poner las expectativas por delante.

Visión holística del mundo y del ser humano
             Nuestro sistema científico ha estado basado en el mecanicismo, sustentado en una idea materialista de la naturaleza. Cuando la Física puso su mirada más allá del átomo, inaugurando así la Mecánica Cuántica, el concepto de materia se desvaneció: los objetos que sentimos como sólidos son fundamentalmente espacio vacío. Los físicos teóricos fueron avanzando sobre este descubrimiento, mientras que el resto de los científicos se ocupaban de sus pequeñas parcelas, ignorando la revolución científica que suponía ver al universo más allá de la visión materialista. Poco a poco, la idea de un universo en la que todo está interrelacionado y en el que una parte está siempre comunicada con la totalidad fue ganando fuerza;  la visión holística empieza a estar presente en las teorías más avanzadas de la Física. Paralelamente las medicinas alternativas comienzan a ver al ser humano más allá de su cuerpo físico, empezando a hablarse de cuerpo de energía, emociones, mente y espíritu.
             El prefijo “holo” viene del griego y significa completo, entero; la visión holística pretende superar las enormes divisiones que hemos hecho en nuestro conocimiento, es pues un camino integrador, que no pretende dejar a nada y a nadie fuera.

La educación holística, un proceso en el que todos podemos colaborar
             Somos mucho más que la idea que hemos recibido de nosotros mismos; es como si nos viésemos como gusanos cuando en realidad tenemos el potencial de ser mariposas. La nueva educación tiene que descubrirnos las alas de nuestros dones, de nuestros sueños; nos es suficiente educar para sobrevivir, para adaptarse lo mejor posible a la sociedad existente. Los niños de hoy deben poder crear un mundo mejor, y para ello es imprescindible que aprendan a confiar en ellos y en su poder creador. Esto no es posible con una mirada de unos pocos grados de amplitud, es necesario ampliarla, caminar hacia los 3600 , tener una visión de conjunto e integradora; éste es el objetivo de una educación holística.
            ¿Cómo podemos ir sumando grados a nuestra banda de observación? . Primero hay que quitar los obstáculos, las creencias limitantes que poseemos sobre nosotros mismos. Hay que iniciar un proceso de crecimiento personal y retomar a aquellas sabias palabras que nos mencionaron en clase de filosofía, pero que nos no enseñaron a poner en práctica: “Conócete a ti mismo”. En estos momentos hay infinidad de libros, información en la red y seminarios que nos pueden ayudar a dar los primeros pasos. En definitiva, debemos rehacer nuestra educación para poder atender a nuestros hijos y alumnos con una mayor amplitud de miras; es todo un reto que nos puede alejar de la corriente derrotista que inunda nuestros medios de comunicación. La educación holística nos convierta a todos en alumnos y maestros de la vida, cada uno de nosotros puede aportar unas milésimas de grado en el camino hacia una visión total.

Pasos andados
             Podemos actualmente encontrar en España unas pocas escuelas que han iniciado el camino. Las más veteranas son las que siguen las pedagogías Montessori  y Waldorf, ¡que llevan más de 90 años aplicándose!.  También contamos con las llamadas de “educación libre”, que se basan en el trabajo del matrimonio formado por Rebeca y Mauricio Wild, fundadores en Ecuador de una escuela basada en el respeto al proceso natural de aprendizaje de los niños.
            Un movimiento que despunta con mucha fuerza es el de la Pedagogía Sistémica, que engloba a la familia y a los roles que en ella desempeña el alumno, en el quehacer docente. El pasado julio se celebraron en la Universidad  Autónoma de Barcelona las Segundas Jornadas de Pedagogía Sistémica, en las que intervino Federico Mayor Zaragoza, exdirector  general de la UNESCO.
            Rafael Bisquerra, catedrático de la Universidad de Barcelona, imparte un postrado  de Educación Emocional que ha formado a numerosos maestros. Este año ha dirigido ya sus “Sextas Jornadas de Educación Emocinal”
            Pedagogía 3000 es un movimiento de educación holística fundado por la antropóloga Noemí Paymal, que aglutina muchas corrientes y que tiene una gran fuerza en Sudamérica. Frecuentemente su fundadora imparte seminarios en varias ciudades de España. Su libro “Pedagooogía 3000” es una auténtica enciclopedia de la nueva educación, que se puede descargar gratuitamente en su página: http://www.pedagooogia3000.info/
            En abril se celebró en Barcelona el “Congreso Niños del Tercer Milenio”, que reunió a más de 800 personas, su página: http://ninostercermilenio.blogspot.com/

Y ME LLAMAN VIEJO

Poema de Gina Tonella




Gina es una luchadora que no olvida su corazón. Sus vivencias con su nieto le movieron a crear un camino en busca de la verdad sobre las vacunas. Un camino, que gracias a ella, ahora podemos andar otros. Si te interesa conocerlo visita su blog: http://mibebeesprimero.blogspot.com/