"Recuerda que lo más importante de tu vida es que te respetes a ti mismo".

David Martí, escritor


"Aquel cazador de brujas no pudo con las de Arnes"

"La Contra de La Vanguardia" 27/02/2010
                                VÍCTOR-M. AMELA

Tengo 39 años. Nací en Barcelona y vivo entre Barcelona y Arnes (Terra Alta). Hice otras cosas..., ¡pero soy escritor! Vivo en pareja. ¿Política? ¡Ojalá fuese más creativa y coherente! ¿Dios? Lo que importa es el potencial de cada persona, al margen de sus creencias

Hice otras cosas..., ¡pero soy escritor!", dice.

Sí. Lo soy: ya está.

¿Qué cosas hizo?

Apenas dos años atrás yo era un ejecutivo de corbata y maletín, gestionaba proyectos técnicoadministrativos...

¿Y hoy escribe novelas?

Sí. Yo era un tipo amargado, desgraciado, insatisfecho, sentía que quemaba mi vida, sumido en la ansiedad... Llegué a tomar tres ansiolíticos cada noche... Casi enloquecí.

¿Y cómo dijo adiós a todo eso?

No fue fácil, ya que uno cree que jamás podrá hacer algo distinto de lo que está haciendo... Fui víctima de mobbing y tuve que cogerme algunas bajas..., tras las que siempre regresaba a la tortura. Hoy veo que me faltaba valor para respetarme y salir de allí.

¿Alguien le ayudó?

Intenté dejar las pastillas practicando yoga, y eso me ayudó. Pero mucho más me ayudó aquel camarero…

¿Qué camarero?

Yo entraba en un bar alguna mañana, con mi traje, mi corbata y mi maletín, amargado, y con medio gruñido pedía al camarero: "Un cortado". Me lo tomaba sin hablar ni levantar la cabeza y me largaba. Pero un día...

¿Qué?

El camarero salió de detrás de la barra, se sentó a mi lado, se sirvió un whisky, se lo tomó de un trago y me espetó: "¿Tú sufres mucho, no?".

¡Qué confianzas...! ¿Qué hizo usted?

Le miré cabreado, poniéndole cara de "¿y tú de qué vas, capullo?". Él, con media sonrisa, añadió: "Recuerda que lo más importante de tu vida es que te respetes a ti mismo". Salí de allí y, en la calle..., rompí a llorar.

Vaya con el camarero terapeuta...

Sin saberlo, él cambió mi vida: ¡hoy soy el tipo más feliz del mundo!

¿Y en qué consiste eso?

En reconciliarte contigo mismo. En mi caso, consistió en abandonar aquel empleo que estaba a punto de volverme loco (literalmente), y perseguir mi sueño de niñez: ser escritor. Lo hice, y publiqué un manual basado en mi experiencia, La (r) evolución interior...

¿Autoayuda?

Algo así, sí. Gustó, por lo que me encargaron después que escribiese otro libro del mismo corte, pero entonces les dije: "No".

¿No?

Ya no tenía mucho sentido para mí hacer eso, pues ya estaba reconciliado con mi interior..., pero sí brotó la necesidad de reconciliarme con mis mayores, con mis raíces.

¿Qué raíces?

Yo crecí en este pueblo pequeño, apartado y paradisiaco, el de mi padre, el de mis abuelos, que vivían del campo. Y sentí que debía homenajearlos, rendir tributo a estas raíces.

¿Qué pueblo es este?: sitúelo.

Arnes, ante las montañas de los Ports: es la Terra Alta, el último pueblo del sur de Catalunya por el interior, en la raya de Aragón.

Formidables paisajes, veo...

La helada de 1958 arruinó campos y ganados. Mis padres, payeses y carniceros, emigraron a Barcelona, donde nací. Pero cada verano lo pasé aquí, desde el día después de acabar el cole hasta el día antes de volver.

¿Qué recuerdos atesora?

Pisaba la tierra del huerto de mi abuelo, con él cogía tomates, melones, sandías... Nadaba en las pozas de los ríos, veía cabras salvajes y buitres, olía el romero, iba en bicicleta, viví el primer amor, el primer beso... Comíamos pipas en la plaza y veíamos el atardecer tiñendo las rocas de los Ports... ¡Entiendo que el joven Picasso se prendase de esto!

¿Hasta qué época se remonta la historia del pueblo de Arnes?

Tuvo presencia íbera, y luego una alquería sarracena, y hay vestigios de un fuerte árabe, y encima de un castillo templario, y por aquí se refugiaron cátaros fugitivos en el medioevo, y también hubo brujas...

¿Brujas?

En el año 1548 se presentó en Arnes un cazador de brujas, Joan Malet, de Flix, y acusó a un par de mujeres del pueblo de hechicería. Y sucedió algo fenomenal: todo el pueblo se conjuró para protegerlas, y el tal Malet tuvo que largarse de Arnes sin sus presas…

Historias de días remotos...

Sí, aunque mi misma abuela seguía siendo algo bruja: siempre tenía a mano algún remedio casero, heredado de su abuela, y esta de la suya... ¡Saber popular ancestral!

Páseme uno.

Para dormir bien: una ramita de valeriana bajo la almohada. Contra la alopecia: loción de aceite de oliva con ocho nueces peladas, maceradas al fresco durante una semana...

Esas raíces quiere homenajear, ¿no?

Sí, lo he hecho mediante una novela. Y también por eso rehabilito la casona familiar, en la muralla del castillo, con cimientos de hace mil años...

¿Quedó atrás aquella insatisfacción?

Sí, porque ya he entendido que no estamos aquí para pagar una hipoteca. Y que somos magos: tenemos capacidad para crear nuestro presente.

¿Y para qué diría que estamos aquí?

Para crear (un libro, un dibujo, una obra, una casa, esta entrevista, una familia...) ypara compartir. Yo no tengo un duro, pero estoy feliz: ¡estoy creando y compartiendo!

¿Y cuál es hoy su sueño?

Retirarme a una masía de la Terra Alta, ante los Ports, junto a un olivo, dos viñas, un limonero, un cerezo y dos gallinas. Y un día morir allí con una sonrisa.

Alturas de frontera

Quedo con David Martí en el pueblo de sus mayores, cruzado el Ebro, en el extremo sur de Catalunya: Arnes, el pueblo más meridional de la Terra Alta, fronterizo con Teruel. Al pie del espléndido Ayuntamiento renacentista de Arnes contemplamos el oleaje de montañas y bosques del macizo de los Ports, que viene de Prat de Comte y Horta de Sant Joan y se aleja hacia el Maestrazgo y el Matarraña, azuleando. Martí me cuenta su peripecia vital, que ha dado en Les bruixes d´Arnes (Edicions 62), novela donde cristaliza su amor por estos parajes hollados por sus antepasados y escrita a la moda: aventura en espacios reconocibles de un pasado bajomedieval y con protagonistas femeninos.

Marta Minguella,pedagoga musical, compositora de música y canciones para niños

"Si sonríes en la adversidad, tu mal empequeñece"

Entrevista en  "La Contra" de "La Vanguardia"  realizada por Ima Sanchís - 01/02/2010-

64 años. Nací y vivo en Barcelona. Estudié la carrera de solfeo, piano, guitarra, instrumental Orff Schulwerk y la de Pedagogía Musical. Ahora formo a niños de 5 meses a 5 años. Soltera, vivo con mis dos perritas: Pupi y Nina.Los políticos trabajan para sí mismos. Soy católica

De pequeña nunca quería comer.

¿Y eso?

Hija única, nieta única, sobrina única… Mi madre dijo: "Esta niña va a ser un petardo", y con dos años y medio decidió llevarme al colegio.

Entiendo.

A mi padre, autodidacta, le gustaba tocar el piano. Yo siempre le miraba. Un día mi abuela me sentó en el piano para, entre nota y nota, meterme cucharada: "Toca, Martita, toca"... Y con las dos manos toqué toda suerte de canciones que oía en la radio.


¡Qué susto.!

A mi abuela se le cayó el plato. Mi madre, asustada, llamó a mi padre, que también quedó mudo. Consultaron con el psicólogo del colegio y les dijo: "Cuidado, que le puede explotar el cerebro. No la dejen tocar".


¡Qué bruto.!


Una lástima, aun así no pudo conmigo. Llegó Navidad, todavía no tenía los tres años, y mi madre me preguntó: "¿No te han enseñado a cantar villancicos en el cole?". "Sí, pero no me los sé - le contesté-,si quieres los toco". Y estuve toda la tarde tocando villancicos. Esperaron a que cumpliera cinco años para llevarme a estudiar piano. A los once había terminado la carrera de piano no oficial, en las academias Granados y Marshall.

¿Qué fue de usted?


Me llevaron al conservatorio a empezar de nuevo. Hice la carrera de solfeo, armonía, historia del arte, formas musicales, composición, historia de la música, piano, guitarra, acordeón, instrumental Orff Schulwerk, los dos años de música de cámara y el deseado virtuosismo.


Pero no eligió ningún instrumento.


Cada uno de mis maestros se empeñó en que fuera concertista, pero a mí lo que me gustaba eran los niños. En aquella época se hacía el servicio social, que consistía en una prestación social de tres meses. Yo escogí ir a la guardería más necesitada de Barcelona, en la Verneda, y me quedé tres años.

Apasionada.


Mucho. Ver cómo los niños reaccionaban a la música me aclaró mi destino, quería dedicarme a la pedagogía musical y a la musicoterapia, algo que aquí no existía.


¿Adónde fue a parar?


En el Mozarteum de Salzburgo me doctoré en pedagogía musical y estudié musicoterapia; y en Viena practicaba una técnica de piano para la agilidad. Fui muy feliz.

Renunció a una cátedra.


Sí, a la cátedra de Guitarra del Conservatorio Superior de Música de Sevilla. Si aceptaba, me convertía en la catedrática de Música más joven de España.

¿En qué consiste su método?

Despertar la creatividad y el amor por la música a la vez que educas el oído e introduces instrumentos hasta que uno de ellos escoge al alumno. Yo enmarco la música en algo mucho más amplio: se actúa, se juega.


¿No hay que practicar y practicar?


Hay que enamorarse. No hay nada más pedagógico que el entusiasmo. La agresividad, el desinterés por aprender, la apatía, todo eso se puede corregir con la música.

¿Cómo le fue en la Verneda?

Además de música les enseñaba mimo. Les apunté a un concurso de teatro y arrasaron. Para ellos aquella copa fue un mundo. Luego la vida dio un vuelco y acabé de profesora en los mejores colegios de Barcelona.

¿Cuál es la diferencia entre los niños ricos y los pobres?


Unos tienen de todo; los otros tienen el ejemplo de padres que salen y entran de la cárcel, discusiones acaloradas y gritos. Pero si logras abstraerlos de ese ambiente, son idénticos, los mismos gustos e inocencia.

¿Cómo nació el grupo Nins?


A los 19 años, en los setenta, y durante tres años fui jurado para TVE de un festival de canciones infantiles. Se trataba de gente adulta cantando canciones de niños: José Luis Moreno, Marisa Medina, los Calatrava... A mí eso no me gustaba, ¡pobres niños!

Y decidió solucionarlo.

Siempre evité que los Nins se convirtieran en artistas.Los niños deben ser niños, disfrutar de serlo. Creé 22 formaciones, ganamos casi todos los festivales internacionales y grabamos 200 discos, pero nunca firmé un contrato discográfico que los obligara a promociones, ni les permití hacer películas.


¿Qué sabe de ellos?

Mantengo contacto con todos los Nins que han pasado por mi vida durante 35 años.


¿Por qué no tuvo hijos?


Yo quería tener muchos hijos y llevármelos a cantar por el mundo. Pero cuando murió mi padre me afloró una enfermedad muy grave, lupus, que me ha impedido tenerlos.

Debió de ser una época oscura.

Sí, pero yo siempre he tenido buen humor. A mi madre se le había muerto el marido y le decían que yo me moría, y reaccioné como si fuera la joven más sana del mundo.

Empezó con 17 años dando clases...

Y no he parado. No sé qué he aprendido, pero tengo dentro de mí una especie de ramillete de globos de colorines, de felicidad. Me siento muy llena, los primeros 50 años de mi vida han sido como 300, me han dado tanto que no se puede calibrar.

¿Qué ha sido lo más difícil?

Perder a toda la familia y sonreír cuando he estado mal. Pero si sonríes en la adversidad, tu mal mengua. Creo que lo más importante en esta vida es saber buscarte la diversión en lo que hagas y aceptar el devenir.


Una vida entusiasta


En su blog, consultado por niños y adultos, se define como "espécimen un poco extravagante, resistente a 16.000 niños". Tiene 200 primeros premios de música internacionales, varios libros publicados, un estudio inédito sobre la estimulación a través de la música de los bebés prematuros. Ha ganado tres veces el Zecchino d'Oro, en Bolonia, el mayor festival de música infantil. Entre otras, es suya la canción de las muñecas de Famosa. No hace mucho tropezó con una baldosa levantada del paseo de Gràcia, se rompió las muñecas y los diez dedos de las manos. No ha cobrado indemnización: "No volveré a tocar como antes, pero si te lo tomas muy a pecho, pierdes más". Su alegría es admirable.