" No deje que le roben ideas: ¡regálelas, hombre! "


      La vida no es lineal y el talento, tampoco: ¡hay que reinventarse cada día! Nací en un barrio obrero: un mentor supo ver algo en mí. Para descubrir su talento debe hacer un viaje hacia el interior de sí mismo y otro hacia el exterior. No deje que le roben ideas: ¡regálelas, hombre!.

                                   Sir Ken Robinson, formador de innovadores
Entrevista en “La Contra” de “La Vanguardia” 23.12.2010
La mayoría de la gente no disfruta de su trabajo...
 ... Si es que tiene la suerte de tener uno.
O la desgracia de conformarse con cualquiera. Afortunadamente, también
conozco gente que goza con lo que hace.
¿Cómo lo lograron?
Todos tienen en común que encontraron su elemento: ese lugar del que le hablaba donde coinciden tus habilidades con tus aficiones; lo que sabes hacer con lo que te gusta.
No todos nacen talentudos...
Es que todos tenemos talento si sabemos descubrirlo. Algunos con suerte lo descubren ya de niños con facilidad y el apoyo de su entorno y otros deben esforzarse para hallarlo: a veces contra su familia y amigos.
Y hay profesiones que son pura rutina.
No hay tareas rutinarias; sólo hay modos rutinarios de hacer una tarea.  Piense en cocinar, por ejemplo: puede ser un obligado aburrimiento o una creación excelsa.
Si todos tuviéramos un talento diverso, la inteligencia no se podría medir.
Es que no se puede medir: los test fueron un invento supremacista. En realidad, el talento es tan personal como la huella dactilar y hay tantos modos de ser inteligente como personas. No se trata de cuán inteligente eres, sino de qué modo eres inteligente.
Al final, el talento no paga las facturas.
Si haces algo a disgusto, acabas haciéndolo tan mal que al final no podrás ni pagar las facturas. Y eso pasa en la economía global: las tareas que se hacen de forma rutinaria acaban yéndose al país donde las hacen por menos. Sólo quien innova retiene el valor.
¿Tan mal ve usted la educación?
a le he dicho que la educación se ha reformado, pero no se ha  transformado. Y no pido que se exija menos en el cole, sino más al cole: debemos concentrarnos en localizar y potenciar ese talento único de cada uno. Nuestra escuela aún genera uniformización, pasividad y conformismo.
Es que también hay cada alumno...
Pero todos tienen un potencial, porque ser creativo no es un don que tienen algunos elegidos; es lo que nos hace humanos. Si eres persona, eres creativo. Y se aprende a ser más creativo como se aprende a leer. Es una facultad innata que todos desarrollamos.
¿Cómo se desarrolla la creatividad?
¿Cuántos sentidos hay?
Oído, vista, olfato, tacto, gusto...
Y el sentido del equilibrio; el cinestésico o propiocepción (la percepción de uno mismo y su relación con el espacio)... Y está además el termoceptivo... Pero ¿sabe por qué usted ha pensado sólo en los cinco sentidos?
¿...?
Por comodidad, que es la enemiga de la creatividad. Cuando algo nos parece evidente, no hacemos ningún esfuerzo por entenderlo. Así que usted me ha repetido los cinco sentidos y así se ha perdido la posibilidad de repensarlos y descubrir otros.
¿Y si no descubro mi supuesto talento?
Para empezar, no se ponga límites, y menos en el tiempo. La creatividad, como la vida, no es lineal. Puedes ser un niño creativamente viejo o un nonagenario creativamente joven. Y cada día el cerebro es diferente.
Sí, pero ¡qué hago para descubrirlo?
Lo estoy investigando ahora mismo. Se trata de hacer dos viajes: uno hacia el interior de ti mismo y otro hacia el exterior para proyectar tu talento. Y no son trayectos siempre consecutivos: pueden ser simultáneos.
Deme más pistas.
Conózcase. Y si usted quiere conocer a alguien: ¿qué hace? Pasar tiempo a solas con él: pase más tiempo conociéndose.
¿Y cuando me conozca?
Llegará un momento en que disfrutará de su propia compañía. Entonces encontrará y podrá sacar partido a su propia tribu creativa.
¿Quién es mi tribu creativa?
Las personas con quienes puedes ser tú mismo: generaciones literarias; equipos de investigadores; bandas rockeras o colegas con quienes inventas cosas: son quienes se aceptan y reconocen mutuamente el talento y lo hacen crecer juntos.
¿Puede ser sólo un amigo?
Fue mi caso: un profesor vio talento en un chaval poliomelítico de barrio y apostó por él. Tu mentor y tu tribu son quienes saben ver en tus fallos la semilla de tus éxitos.
¿Cómo me ejercito?
La creatividad es inteligencia aplicada a una tarea concreta y compartida con complicidad: genio solitario es un oxímoron.
¿Y el esfuerzo, el sudor, las lágrimas...?
Esfuerzo, claro, el mismo que hace un niño para ganar una carrera en el cole: sufre, pero también se divierte. La diversión incluye el sudor, pero nadie arriesga, innova ni experimenta si no disfruta haciéndolo.
Pues deme algunos truquillos...
Invente nuevos juegos con los juguetes de siempre; juegue a médicos con plumas de indio; replantee lo obvio hasta que deje de serlo... No acepte nada de antemano ni dé nada por sentado. Y compártalo todo.
¿Y si me roban las ideas los colegas?
Regale sus ideas y verá cómo por ensalmo aparecen otras mejores aprovechando el espacio que dejaron las que regaló.
¿Y si se ríen de mis ideas?
¡Ríase con ellos! Crear no es algo que te pasa, sino lo que haces cuando te pasa algo.
¿Cómo sé que he llegado?
Porque ser creativo no quita energía: la da. Las horas parecen minutos; las ideas fluyen y tú con ellas. Estás fuera del mundo y al mismo tiempo dentro de él.

¡No pienso trabajar!
¡Paro, no! ¡Trabajo, tampoco! Trabajo es una palabra odiosa ya en su origen (tripalium: los tres palos donde se ataba a los esclavos para azotarlos). Marx demostró que ese estúpido esclavismo no fracasó por inhumano, sino por ineficaz. Otro Marx, Groucho, puso en evidencia a los esclavos de la rutina mental. Y sir Ken Robinson nos ayuda hoy a descubrir nuestro talento y realizarlo en libertad ¿con esfuerzo, pero también con placer¿ hasta ser innovadores... Y prósperos. Espero que esta segunda entrega* de la entrevista a sir Ken ¿solicitada por un puñado de amigos lectores¿ sirva también como felicitación navideña de quien aquí no trabaja, sino que goza cada día entrevistando para ustedes.

*La primera entrega se puede leer en la siguiente dirección:
http://wwwvivencias12.blogspot.com/2010/11/la-creatividad-se-aprende-igual-que-se.html


  Existe un vídeo en la red de Ken Robinson que se ha convertido en algo muy emblemático para todos los que creemos que fomentar la creatividad en las escuelas debería ser su principal objetivo. ¿Te apetece verlo?


¿LAS ESCUELAS MATAN LA CREATIVIDAD ...?
 
 





  Eduard Punset en  "Redes"  entrevistó a Ken Robinson (emitido el 13-3-2011). El título del programa, "El sistema educativo es anacrónico", lo dice todo. ¿Te apetece verlo...? Si es así pincha sobre el siguiente link:
http://www.redesparalaciencia.com/4593/redes/2011/redes-87-el-sistema-educativo-es-anacronico

William Rodríguez, de barrendero a héroe americano del 11-S

 “Tengo 49 años. Nací en Puerto Rico y vivo en Nueva Jersey. Me casé con una reportera y tengo dos hijos, todo a partir del 11-S. Soy conferenciante y presido la Asociación de Víctimas Hispanas del Terrorismo. Pasé de agnóstico a creyente cuando me sacaron de los escombros.”


Entrevista en "La Contra" de "La Vanguardia" 13-12-2010


¿Su vida antes del 11-S?
Dejé Puerto Rico en busca de una oportunidad en EE.UU. como ilusionista, pero cuando llegué me di cuenta de que había demasiados magos y acabé de
barrendero en las Torres Gemelas.

Fueron veinte años.
Los primeros diez limpiaba la oficina del gobernador Mario Cuomo.

 ¿Era usted feliz?
Me encantaba el baile y las mujeres, ayudar a los demás no se me pasaba por la cabeza. Era el encargado de limpiar las escaleras de toda la Torre Norte ( 110 pisos). Aquella mañana, 11 de septiembre, llegué media hora tarde y eso me salvó, porque yo desayunaba en la cafetería, arriba, con mis amigos.

 La vida es arbitraria.
Estaba en el sótano, una explosión nos levantó del suelo: el techo se derrumbó y comenzó a caer agua. Vi venir a un hombre gritando con las manos extendidas de las que colgaba algo ensangrentado: era su piel
arrancada desde las axilas hasta los dedos.

Ahórrese los detalles, por favor.
Nadie quería tocarlo por el miedo al sida, lo envolví en toallas. ¡Pam!, otra explosión. En la oficina había catorce personas histéricas.

 Tomó el liderazgo.
Sí, los conduje fuera del edificio y entonces miré arriba y vi el agujero, el fuego y el humo. “¡Mis amigos del restaurante!”, grité, cogí la radio de un policía y entré en la Torre Sur, donde estaba la oficina de emergencia.

 ¿Vacía?
Sí. Empecé a sacar a gente: una muchacha que no quería irse por miedo a que la despidieran; dos hombres atrapados en un ascensor, pero en los 103 ascensores había muchos más: sus gritos todavía me despiertan.

 Consiguió salir, ¿y entró de nuevo?
Varias veces. Yo tenía una de las cinco llaves maestras del edificio, el resto las tenían los expertos en evacuación del edificio, pero fueron los primeros en salir corriendo.

 Usted abrió las salidas de emergencia.
Sí, para que los bomberos evacuaran a la gente, muy malherida, llena de cristales; las comunicaciones no funcionaban, sólo dos frecuencias para todos los bomberos, por eso murieron tantos, nunca recibieron la orden de abandonar el edificio.

 Siguió subiendo.
En el piso 33 encontré a una señora paralizada a la que pude salvar; volví: en el 39 encontré a un parapléjico y un policía me pidió que lo sacara.

 ¿Por fin salió?
Cuando llegue fuera, la Torre Sur ya había caído, había polvo por todas partes. “¡No mires atrás y corre!”, me gritaba la policía.

 Y miró, claro.
Sí, y vi la montaña de gente que se tiró por las ventanas, masa de carne y jirones de tela. Reconocí a la señora del piso 33 partida por la mitad y me puse a llorar. El edificio temblaba, me tiré debajo de un camión de bomberos justo antes de que se derrumbara y quedé atrapado durante cuatro horas.

William muestra la llave maestra que usó
para  salvar de la muerte a muchas personas
 Fue el último hombre vivo en salir.
Me rescataron ileso. Justo después los neumáticos del camión explotaron. Entonces me encontré con un micrófono en la cara. Mi historia dio la vuelta al mundo, y a la semana, en el centro de ayuda a las víctimas, los hispanos me pedían que los tradujera. Eran tantos que decidí organizarlos, y así se creó el primer grupo de supervivientes del 11-S. Lo que aprendí limpiando la oficina del gobernador me fue muy útil.
 ¿Por qué lo hizo?
Era mi respuesta a la pregunta de por qué yo sobreviví y no ellos, todos mis amigos. Yo era la imagen de los anuncios de la Cruz Roja para recaudar dinero para los 2.274 emigrantes que no fueron contados, ya sabe: camareros, limpiadores, cocineros.

 ¿Qué recibió usted?
Nada, e invertí todos mis ahorros yendo a Washington para pelear por las víctimas porque era lo que me mantenía fuera de la angustia. Así que acababa las conferencias de prensa, me quitaba la corbata y me iba a vivir debajo de un puente.

 ¿Un héroe nacional bajo un puente?
Hasta que alguien llamó a la BBC y se montó el escándalo. A partir de entonces creé mi propia organización. El dinero de las conferencias es para los damnificados, salvo un 20% que me reservo para vivir.

 ¿Qué aprendió?
Que ante las dificultades debes mantener tu visión de lo que es correcto, que la compasión humana es más duradera que la violencia, que ayudar a los demás te sana. Si me hubiera encerrado en mi dolor, ahora estaría recibiendo ayuda psicológica.

 ¿Qué les dice a los jóvenes?
Que la motivación, la disposición y el entusiasmo han hecho que un barrendero cambiara la vida de muchas personas, ¡qué no podrán hacer ellos bien preparados!

 Le ofrecieron una concejalía.
Sí, pero preferí ser activista. Había visto el sancocho de porquería que se cocinaba en las oficinas del gobernador.

 ¿Cuál ha sido la gran lección?
Ser consciente de que vivo un tiempo prestado. Si se acaba mañana estoy en paz, he hecho lo correcto y estoy preparado para lo que venga, ya nada me sorprende.

 ¿De dónde le surgió tanta empatía?
De la desesperación. El que lavaba platos murió igual que el directivo, pero a una familia le daban tres millones de dólares de indemnización y a la familia del lavaplatos, 100.000 dólares. No era justo.




                          Vivir para contarlo
     Antes de que el edificio se le cayera encima, salvó personalmente a quince personas y colaboró con los bomberos en la evacuación de centenares atrapadas en las Torres Gemelas. Consiguió que parte de los fondos del 11-S fuera para la comunidad latina y recaudó más de 120 millones de dólares para las víctimas inmigrantes, pobres, sin seguro o sin empleo, pese a que él, héroe nacional, estaba viviendo debajo de un puente. Hollywood le ofreció hacer una película de su vida (¿...Una gringada que me hubiera sacado de la calle, pero vendiendo mi alma¿). Ha narrado su historia en el II Congreso de Jóvenes 'Lo que de verdad importa', organizado por Además Proyectos Solidarios en Barcelona.
  
      Si te apetece oír y ver al propio Guillermo Rodríguez contar su vivencias en el  mismo11 S y en su camino después como defensor de las víctimas hispanas, te invito a ver este vídeo:




"Cuando haces cosas que te dan miedo, creces"

   Son palabras de Robin Sharma, autor del libro "El monje que vendió su Ferrari". Fue entrevistado en "La Contra" de "La Vanguardia" por Ima Sanchís, si te apetece leerlo pincha sobre su nombre.
       Existe un audiolibro de "El monje que vendió su Ferrari", si te apetece escucharlo pincha en la siguiente dirección:
http://utopia-virtual.com/?p=47

CREADORES DE UNA NUEVA CULTURA

       Mientras los grandes  medios de comunicación hacen desfilar, uno tras otro, a los que consideran expertos en economía para que nos den lecciones de cómo salir de la crisis, un grupo de personas, invisibles a estos medios, nos lo demuestran con su ejemplo de vida. En esto se ve claro que sigue siendo válido el viejo principio: “el ejemplo es la lección que todo el mundo puede entender”.
        Un grupo de investigación de la “Universitat Oberta de Catalunya” nos ha abierto una “ventana”, por la que podemos contemplar estas vidas comprometidas con un mundo donde el corazón priva sobre las creencias. Estas personas son auténticas creadoras de una nueva cultura, cada día de su vida ponen una pincelada al cuadro de una nueva humanidad; son soñadores despiertos. La “ventana” es el magnífico documental: “Homenaje a Cataluña II”.  Con este título se pretende revelar la existencia de una nueva cultura de vida, de una segunda sociedad. El nombre Cataluña II hace referencia a esa segunda vía y a que los testimonios han sido recogidos en tierras catalanas; pero el mensaje transciende la territorialidad.
        Estas vidas-testimonio transcurren en muy diversos campos: agricultura, arte, educación, informática, economía... reflejando que esta nueva mirada no tiene límites profesionales.
        El proyecto ha sido dirigido por Joana Conill, Alex Ruíz y el prestigioso sociólogo Manuel Castells, pero los verdaderos protagonistas son los filmados en el documental, conozcamos algunos de sus pensamientos y sentires:

  “Hay que dejar de ser quienes pensamos que somos”
  “El educador acompaña a los niños y deja que ellos descubran por sí mismos”
  “Tú pones muy poco y la tierra te devuelve mucho”
  “Hay que intentar vivir la vida como un proceso creativo en sí mismo”
  “El tope lo marca la imaginación”

    Estas frases no son originales, pero se llenan de fuerza y vitalidad cuando las pronuncian personas que las encarnan. Pero es mejor que tú mismo puedas comprobarlo, te invito a mirar por esta “ventana mágica”:
  
"Homenaje a Cataluña II". La nueva cultura que nace del corazón. from arcoirisdan on Vimeo.

“¿Qué haría yo si no tuviese miedo….?”



 Esta pregunta-semilla nos la lanza Álex Rovira en la entrevista que le realizaron en  “La Vanguardia”  el 8 de enero del 2006:

“Tengo 36 años. Nací y vivo en Barcelona. Soy licenciado en Ciencias Empresariales y MBA por Esade, y siempre digo que soy psiconomista: se trata de la gestión del alma. Estoy casado con Mónica y tenemos tres hijos, Laia (8), Pol (6) y Mariona (cuatro meses). ¿Política? Progresista. ¿Dios? O está dentro de mí o no está en lugar alguno: se manifiesta en el amor”



― ¿Tengo una brújula interior?
― Todos tenemos la nuestra: ¡Es tu capacidad y voluntad de dar sentido a tu vida! ― ¿Cómo se consigue eso?
Magnetiza tú mismo tu aguja: ¡Elige hacia dónde quieres dirigirte!
― No sé, hay tantas opciones...
― Victor Frankl, psicólogo que sobrevivió al campo de Auschwitz, aprendió allí que quienes daban un sentido a su vida, ¡resistían más! Y luego preguntaba a sus pacientes: "Y usted, ¿por qué no se suicida?".
― Una pregunta ruda.
― Respóndela: ahí late tu sentido. Acto seguido, ¡zambúllete de cabeza en eso! Elisabet Kübler-Ross, que acompañó a miles de moribundos en sus últimos instantes, comprobó que lo que más personas decían al morir era: "¡Debería haberme arriesgado más!".
― Pero era ya demasiado tarde.
Tú imagínate en tu último minuto de vida y pregúntate si podrás decir "¡esto ha valido la pena, gracias!".
― Tengo dudas.
― Pues escríbete una carta que empiece: "Querido yo: ...", y enumera "lo que no quiero", y luego "lo que quiero". Luego "lo que debo hacer" para alcanzarlo. Luego escribe: "me comprometo a...". ¡Firma la carta y cuélgatela bien a la vista!
― Bueno, y ya sólo me faltará actuar.
― No digas "lo intentaré". Decir "lo haré mañana" equivale a nunca. No postergues nada. ¡Actúa! Ya.
― Pero tengo que ganarme la vida.
― ¡Qué frase tan perversa! ¡La vida la tienes ya ganada! Ahora, dale sentido. O el último día te oirás decir: "sí, me gané la vida..., ¡pero no la viví!".
― Pero cambiar inercias asusta.
― Pregúntate: "¿Qué haría yo si no tuviese miedo?". El miedo es la felicidad temida; tras cada miedo hay un deseo. ¡Cúmplelo!
― ¿Y si al actuar me equivoco?
― Es más frustrante lamentarse de no haber actuado que actuar y sentir que te has equivocado. Pero, además, si actúas y paladeas lo que suceda, por doloroso que sea, ¡no te equivocas!: vives. El miedo a perder nos pierde.

― También puedo optar por seguir como estoy hoy.
― Sí, y todo seguirá igual. ¿Lo asumes? ¿Sí? ¡Pues adelante! Eso sí, pregúntate: "¿hago lo que deseo hacer?" Mira, tu trabajo es ese: ¡encontrar "tu" trabajo, el que te dé sentido! Ah, y ten presente esto: lo que no hagas tú mismo por ti ahora... ¡no lo hará nadie nunca!
― Rovira, ¿hace usted lo que quiere?
― Un día lo vendí todo para empezar de cero, para empezar a construirme. La realización personal no es un regalo: es fruto de una inversión, de esfuerzo, coraje, entrega, audacia... ¡De atreverte a atreverte!
― ¿Qué le movió a atreverse?
― Diversas cosas. Una de ellas fue que yo venía anotando todas las respuestas que me daba la gente cuando preguntaba: "¿cómo estás?"
― ¿Y cuáles eran las más frecuentes?
― "Tirando", "luchando" y "pasando". Es decir, ¡como un suplicio sin fin! Otros: "Jodido pero contento", una aceptación del malestar. Algunos: "No puedo quejarme", resignados. Y poquísimos: "Bien" o "¡Muy bien!".
― ¿Significa que estamos jodidos?
― Significa que lo que tú crees, lo creas. ¡Tu actitud es la que decide!
― ¿Qué actitud es la suya?
― No es la de ver el vaso medio vacío o medio lleno: ¡es la de que el vaso estoy llenándolo yo! Busco yo el agua. ¡Llena tú el vaso, aunque tengas que ir a buscar tú mismo el agua a la fuente!
― ¿Y si esa fuente está muy lejos?
― Si caminas hacia ella, ¡dentro de una hora estará más cerca! Es el caso de aquel caracol que trepa por un cerezo en enero, y la cigarra le pregunta: "¿Adónde vas?" "¡A comer cerezas!", responde el caracol. "Pero... ¡si todavía no hay cerezas!". "Cuándo yo llegue, ¡las habrá!", afirma el caracol, ja, ja, ja. ¡Esa es la actitud, sí señor!
― ¿Confianza?
― Sí, confianza en nuestro actuar. Seligman ha demostrado que quien vive de este modo ¡autogenera más salud, longevidad... y también riqueza!
― Más de uno piensa: "Bah, todo es una mierda y nada tiene arreglo".
― Tiene razón: para él, ¡así será! La vida es lo que tú haces de ella.
― Oiga, a menudo nos arrastra.
― El viento sopla, el mar se agita... ¡pero tú siempre puedes mover tus velas! Un amigo me dijo: "La semana que viene no puedo ponerme enfermo: tengo la agenda a tope".

― Me suena.
― Pues qué mal. ¡Arriésgate a cambiar algo, mueve tus velas! Tú decides si eres efecto o eres causa. Las personas que se dicen satisfechas suelen ser las que tienen actitudes más activas.
― Regáleme un último consejo.
― Un día, cuando mi hija tenía cinco años, la vi de pie, agachada con la cabeza entre las piernas. "¡Mira, papá: es precioso!". La imité, pero no vi a qué se refería. Y me dijo: "¡Del cielo cuelgan árboles gigantes y el suelo es azul, con nubes, y puedes volar!". Entonces me sentí disolverme, sumido en una belleza ilimitada y eterna.
― ¿Sí? ¿Qué le sucedió?
- Que cambió mi percepción, mi visión de todo. Cambió mi vida: aprendí a no dar nada por sabido, por supuesto. Y comprendí que todo, ¡todo!, puedes verlo de otra manera.
Àlex Rovira.

    Si quieres escuchar a  Álex Rovira te invito a ver la espléndida  entrevista que le hizo Antonio San José en su programa "Cara a cara" del canal  CNN:

Entrevista Álex Rovira - La buena crisis from Álex Rovira on Vimeo.

“Creamos la realidad con nuestros pensamientos” - Entrevista a Joe Dispenza-

Publicada en “La Vanguardia Magazine”  (12/09/2010)

Texto de Elisabet Bonshoms


     Joe Dispenza experimentó en sí mismo las posibilidades de la mente para influir sobre el físico, tras sufrir un grave accidente a los 24 años. Durante décadas se ha dedicado a estudiar lo que se denomina neuroplasticidad, o capacidad del cerebro para modificar los circuitos que conectan las neuronas. Algo que permite cambiar lo que no gusta de uno mismo y mejorar como personas.
Joe Dispenza estudió Bioquímica en la Universidad de New Brunswick (Nueva Jersey) y es doctor en Quiropráctica por la Life University de Atlanta (Georgia). Llena salas de conferencias en Estados y Unidos y Europa explicando de forma sencilla cómo cambiar. Cómo los pensamientos provocan reacciones químicas que influyen directamente en la salud y crean una realidad propia. Lleva décadas estudiando la neuroplasticidad, esa capacidad que tiene el cerebro de adaptarse a los cambios y modificar los circuitos que conectan todas las neuronas.
Él es un ejemplo vivo de su propio cambio. A los 24 años sufrió un grave accidente que afectó a sus vértebras dorsales. Le vaticinaron que se quedaría toda la vida en una silla de ruedas. Pero decidió no operarse y experimentar, en cambio, la capacidad de regeneración de su propio cuerpo. Coautor del filme récord de taquillas Y tú qué sabes, que trata sobre el poder de elegir, en junio ofreció un taller en la Universidad de Barcelona basado en su libro “Desarrolla tu cerebro”.


Alguien discute con su pareja y termina con un: “Soy así, no puedo cambiar”. ¿Qué le diría usted?
Que no es verdad. Se producen una serie de reacciones químicas en el cuerpo que hacen creer que no se puede cambiar, pero la evidencia de la ciencia dice todo lo contrario. Hay que olvidar la idea de que el cerebro es un órgano estático, rígido e inmutable. Sí, podemos cambiar.
¿Cómo?
Cambiando de pensamiento. El interruptor que activa el cambio es la voluntad, porque desencadenará una nueva información. Cambiar es pensar de forma más amplia, trascender tu propio entorno. Es conectarte a un sueño, a una idea que ya existe en el campo cuántico de posibilidades. Es creer en ese futuro cuando todavía no se puede percibir con los sentidos.
¿Por qué es tan difícil cambiar?
Porque las reacciones emocionales son muy adictivas. Puedes decirte a ti mismo que no te gusta tu trabajo ni tu relación de pareja, que no te gusta nada de lo que haces y tienes en tu vida. Pero eso es una emoción que la mente ha memorizado para reafirmar su identidad. Esas reacciones químicas alteran nuestra percepción de la realidad e impiden la entrada de cualquier otro tipo de información en nuestro cerebro. Para cambiar hay que romper esa emoción.
Pero no es nada fácil cambiar los pensamientos.
Lo primero que hay que hacer es observarlos y relacionarlos con lo que te pasa en la vida. Así uno empieza a ver reflejados en su cotidianidad los efectos que ha creado con cada uno de sus pensamientos.
¿Por qué da miedo cambiar?
Porque eso supone pasar de una situación cómoda y predecible a otra desconocida. La mayoría de las personas sueñan con emprender cosas nuevas, pero no pasan a la acción, se quedan en el plano intelectual. ¿Cómo podemos realizar estos proyectos si seguimos apegados a lo familiar y convivimos con esta vieja personalidad? Para experimentar algo nuevo tenemos que arriesgar, dejar el territorio de lo predecible y entrar en el terreno de la incertidumbre.
¿Qué se debe cambiar para crear una nueva vida?
Hay que cambiar no sólo lo que se piensa y se hace sino también cómo se siente. Uno no puede esperar que pase algo diferente en su vida si tiene los mismos pensamientos, hace las mismas cosas y abraza las mismas emociones cada día. Si somos capaces de cambiar la interpretación de nuestra realidad, nuestro cerebro trabajará con nuevas secuencias y patrones. Y eso es lo que cambia la mente, porque la mente es el cerebro en acción.
¿La neurociencia puede demostrar que los pensamientos crean el camino?
El modelo neurocientífico dice que podemos cambiar en cualquier momento de nuestra vida. Cambiaremos nuestro cerebro con cada nuevo pensamiento, con cada nueva experiencia, con cada sueño que persigamos. El ingrediente principal es la información, el conocimiento. Cada vez que aprendemos algo nuevo añadimos una nueva conexión en nuestro cerebro.
¿Cómo se puede enseñar a los hijos a no ser personas definitivas, a vivir en el cambio?
Lo primero es enseñarles inteligencia emocional, enseñarles a controlar las emociones y decirles que las emociones son lo que nosotros somos. En segundo lugar no hay que enseñarles nada que nosotros no seamos capaces de hacer. Los niños se fijan más en lo que hacemos que en lo que decimos porque tienen más activas un tipo de neuronas llamadas neuronas espejo, que copian lo que hacemos. Si quieres que estén de acuerdo con el cambio, demuéstrales lo versátil que eres, y así serán independientes. En tercer lugar, no se debe intentar razonar con los hijos durante una reacción emocional porque te van a dejar solo. Hay que permitirles la libertad de tener esa reacción y hacerles saber que se les está observando. Al cabo de un rato se les debe hablar sobre lo que uno quiere cambiar de sí mismo y crear el entorno para que ellos empiecen a observar quiénes son, sin juzgarlos. Y preguntarles qué harían diferente si vivieran de nuevo la misma experiencia. De esa forma se empieza a cambiar su cerebro y su cuerpo mucho más allá de la experiencia presente. Y se les da confianza para que empiecen a abrirse a su propio potencial.
¿En cada momento se vive lo que uno ha creado con sus pensamientos?
Sí. Sin duda. Somos los creadores de nuestras realidades. El problema es que la mayor parte del tiempo son nuestros pensamientos inconscientes los que crean esa realidad. Son programas que funcionan justo debajo de nuestra conciencia y que memorizan comportamientos, pensamientos y reacciones emocionales. Estos son los que crean esa química que nos hace reaccionar siempre de la misma manera.
Pero nadie quiere vivir una enfermedad o un accidente, por ejemplo.
Uno mismo no crea ese accidente o esa enfermedad de forma consciente, pero quizás ha estado pensando inconscientemente cuán terrible es su vida, cuánto está sufriendo, lo triste que se siente, cuánto dolor tiene dentro… Ha creado, en su subconsciente, un refuerzo de las emociones de dolor y sufrimiento, y eso se refleja fuera, en su vida, en un accidente o enfermedad. Hay algo importante: nunca debemos culparnos por nuestras creaciones, todo es aprendizaje.
La clave es cambiar el propio estado emocional…
Las emociones son experiencias que el cuerpo memoriza. Si una persona está viviendo con las mismas emociones cada día, es que no le está ocurriendo nada nuevo. El cuerpo cree que está en la misma experiencia todo el día. La redundancia de este ciclo entrena al cuerpo para estar en el pasado en vez de en el momento presente, y la persona, con sus pensamientos, vuelve consistentemente al pasado porque su emoción está conectada al pasado. Cuando una persona quiere cambiar intenta pensar en un futuro, pero las emociones le devuelven al pasado. Por eso es tan importante cambiar nuestro estado emocional.
¿Las enfermedades, las crisis, las pérdidas hay que verlas como un trampolín para cambiar?
Esos traumas, esas crisis, son, efectivamente, catalizadores del cambio. Una gran mayoría de las personas requiere de un estado de sufrimiento para decidirse a cambiar. Pero también podemos cambiar desde un estado de bienestar y de alegría mediante el proceso de soñar una nueva vida. No es cierto que nuestro destino se encuentre escrito en los genes.
¿Cuál es el mayor factor desen cadenante de las enfermedades?
Entre un 75% y 90% de los occidentales acude al médico debido al estrés emocional. Emociones que se esconden detrás del estrés y que tienen que ver con el enfado, la frustración, el odio, el juicio, el dolor, el sufrimiento, la culpa, la desesperanza, el miedo, la ansiedad, la falta de poder, la inseguridad… Si estás ante un reto, tu cuerpo crea un montón de reacciones químicas para movilizar esa energía. Esencialmente, los pensamientos y las emociones pueden hacernos enfermar, pero si nos hacen enfermar también nos pueden sanar.
Los humanos saben que quieren cambiar, pero la mayoría de las veces no tienen la evidencia de lo que quieren ser o hacer.
Es cierto. Cuando no sabes qué quieres ser o hacer, primero debes decidir quién no quieres volver a ser, de qué modo no quieres volver a pensar jamás, cómo no quieres sentirte y cómo no quieres actuar. Tienes que empezar a crear y reinventarte a ti mismo, romper el hábito de ese yo antiguo y reaprender. El pensamiento positivo no es suficiente, hay que entrar dentro de uno mismo y empezar a deconstruir.
Usted tuvo un accidente muy grave de joven, y los médicos le dijeron que no volvería a andar. ¿Por qué creó ese accidente y cómo lo superó?
A mis 24 años vivía una vida de éxito y bienestar que yo creía que era completa. El accidente fue probablemente una de las mayores bendiciones de mi vida, porque me llevó a cuestionar mis valores y a empezar a pensar en mis prioridades. Cuando te rompes seis vértebras dorsales y tienes fragmentos óseos en la médula y cuatro médicos te dicen que nunca más vas a volver a andar, no vuelves a vivir una vida normal. Llegué a comprender principios universales que me parecían pura teoría filosófica. Me aconsejaron que me operara, pero decidí no hacerlo y experimentar, en cambio, lo que sentía, ser coherente con mi pensamiento. Pensé que el poder que hizo el cuerpo cura el cuerpo, base de la filosofía quiropráctica. Hay una inteligencia en cada ser humano que nos da vida, y conecté con esa inteligencia durante todo el tiempo, sin hacer nada más que dedicarme a mi curación. No podía imaginar mi vida con hierros en la espalda y viviendo de medicinas. Quería dar a esa inteligencia un plan muy específico y que ella hiciera lo mejor para mí. Los átomos son nada en un 99,999 por ciento, nada material, pero lo son todo en potencia. Esa inteligencia organiza todo eso. Cuando empecé a notar cambios en mi cuerpo, físicamente, presté mucha atención a lo que hacía con mi cuerpo y con mi mente y lo repetí y repetí hasta que la repetición de ese ciclo empezó a sanar mi cuerpo.
¿La repetición es la base para crear cualquier realidad más elevada?
La grandeza es creer en ese futuro que existe más allá de nuestros sentidos y mantenerlo vivo en nuestra mente hasta que el evento realmente sucede. ¡No creamos las cosas porque no creemos que seamos capaces de hacerlo! Las personas no comprenden que los pensamientos producen grandes efectos en sus vidas. Quizás tengan algunos pensamientos conectados a un estado elevado de emoción, ¡pero sólo durante 15 minutos al día! Y se preguntan: “¿Cómo no ha sucedido el cambio todavía?”. Es porque las otras 23 horas y 45 minutos, su mente está vagando por todas partes: están enfadadas, negativas, juzgando. Para actuar sobre la realidad tenemos que alcanzar estados más elevados de conciencia y dejar entrar emociones nutritivas, como la gratitud, la alegría, la apreciación de las cosas. La dificultad reside en cómo llegar a ese punto, porque la mente analítica dirá: “¿Por qué voy a dar las gracias o estar alegre si no me ha pasado todavía?”. Eso es el antiguo modelo de pensamiento. Muchas personas, secretamente, creen en su propio poder, pero nunca hacen un hueco para saber realmente qué quieren.
¿Tiene mucho que ver la meditación en este proceso?
La meditación es el primer paso para producir cambios. Es una técnica que enseña a observar los pensamientos y aquietar la mente. Te lleva a saber dónde estás y a cambiarte a ti mismo, porque cambia la relación entre la mente y el cuerpo. En ese estado del ser donde sólo hay conciencia estamos produciendo un campo electromagnético que afecta a ese cambio. Después de meditar es imposible tener mal humor.
¿Qué efecto produce el silencio mental en las células?
El lóbulo frontal del cerebro (lo que denominamos tercer ojo) es la última pieza de nuestro sistema neurológico. Cuando nuestra parte divina controla nuestra parte animal, el cerebro cambia fisiológicamente. En experimentos con monjes budistas rezando se ha comprobado cómo el lóbulo frontal aísla ese control animal y, en consecuencia, silencia el resto del cerebro, enfría las células cerebrales que tienen que ver con el tiempo y el espacio, con el cuerpo y con nuestra identidad. Entonces no se procesa nada más. A eso lo llamamos paz. A través del silencio pasamos de ser alguien con opiniones o juicios a un campo cuántico donde somos no alguien. Ahora la mayor parte de la humanidad está preparada para alcanzar ese campo.
Si el mundo es un reflejo de lo que sucede a las personas, ¿se podría decir que el ser humano está viviendo una revolución celular?
Estamos en un tiempo en la historia donde el cambio tiene que ocurrir. Pero para hacer que algo nuevo ocurra, lo viejo tiene que morir. Muchos paradigmas están colapsados: los modelos político, médico, económico, medioambiental… El ser humano debe empezar a hacerse preguntas más importantes y dejar de creer en superestructuras… Es tiempo para los individuos.
¿A qué se debe la falta de liderazgo de los políticos? ¿Están perpetuando viejas estructuras?
Las emociones que la mayoría de nosotros tenemos y que crean esas situaciones de egoísmo que hemos comentado, desafortunadamente, son las mismas que tienen nuestros líderes. No puedes dar la paz en una iglesia y salir pisando a los demás al salir porque tienes prisa. Esa es una típica oposición entre el cuerpo y la mente, no hay coherencia entre lo que dices, lo que haces y lo que piensas.
Si existe una mente común, una red de pensamiento a la que toda la gente está unida, ¿con qué pensamientos se podrían crear nuevos líderes?
La sustancia que unifica las células y el universo entero es el amor. En una neurona se puede observar cómo una cierta cantidad de esa sustancia desconecta los patrones antiguos de pensamiento. Se da cuando empezamos a tomar decisiones que consideran al todo. Primero hay que sentir amor por uno mismo y, en consecuencia, amamos todo lo demás. Si no nos gustan ciertas cosas, debemos eliminarlas antes en nosotros.
¿Es posible que la actual crisis se materializara porque muchas mentes la crearon con sus pensamientos?
Como científico, le digo que sí, ¡evidentemente! La crisis ha estado en la mente de todas esas personas.
¿Cómo será el cerebro de un hombre consciente?
Tendrá muchas más conexiones sinápticas, las que comunican entre sí la información que contienen las neuronas. Veremos el cerebro trabajando en una forma de pensamiento más coherente, con transmisiones neurológicas mucho más rápidas. El lóbulo frontal estará completamente conectado con el subconsciente, y tendremos neurotransmisores secuenciados desde la glándula pineal, que mejorarán nuestra percepción de la realidad. Quizás algunas personas estén a las puertas de un cambio de potencial de su cerebro. Lo único que sé es que no puedes esperar a que el cambio se produzca. Tienes que actuar sobre él. Dios no te elige, tú te eliges.


    Si quieres leer una entrevista en la que  Joe Dispenza nos hable más a fondo de su trabajo te invito a hacerlo en la revista “Athanor”, pincha en lo siguiente:
http://www.athanor.es/suscripciones/reportajes/Joe-Dispenza-63.pdf

   Si quieres oírle de su propia voz hablar de "la mente inmortal" te invito a ver el siguiente documental:



TU MENTE INMORTAL - DR. JOE DISPENZA - DOCUMENTAL COMPLETO - http://reikiestepona.blogspot.com from www.reconexion.org on Vimeo.



“Iluminemos lo que la razón tiene abandonado en la sombra”


Jacobo Siruela, editor

"Queda por escribir la historia de la humanidad durmiente"

“La Contra” de “La Vanguardia”  VÍCTOR-M. AMELA  - 13/11/2010

Tengo 56 años. Nací en Madrid y vivo en Vilaür (Girona). Soy editor y escritor. Estoy casado con Inka Martí. Tengo dos hijos veinteañeros, Jacobo y Brianda. ¿Política? Escéptico. Dime qué entiendes por Dios y te diré si creo o no. El sueño es una segunda vida, atendámosla

¿Qué es la otredad?

La zona opaca de la realidad, ignorada por el pensamiento racional. Los fenómenos que escapan a la razón cartesiana. 

¿Qué fenómenos? 

Los oníricos, por ejemplo: sin los sueños, ¡la realidad está incompleta! 

Pero la realidad... es la realidad, ¿no? 

¡Nada más resbaladizo que la realidad! Hoy sabemos que el 99,99% de la realidad... es vacío. Lo que podemos tocar, pesar, medir... es sólo una parte de la realidad. 

Pero los sueños..., sueños son. 

Son realidad que pesa en el devenir humano: los historiadores han escrito la historia de la humanidad despierta, de la vigilia, la historia diurna..., ¡pero queda por escribir la historia de la humanidad durmiente, de lo onírico, la historia nocturna! 

¿Para qué? 

Para entender la realidad: ¿entenderías acaso que una hoja tuviese haz pero no envés? "Si reuniésemos todos los sueños de la gente de una época, obtendríamos una imagen del espíritu de ese periodo", dijo Hegel... 

¿Y por dónde empezaría esa historia? 

Por una tablilla cuneifoirme: explica que un sueño enseñó a las tropas de Asurbanipal cómo culminar una victoria bélica... 

Eran tiempos de otra mentalidad... 

El general Patton, durante la Segunda Guerra Mundial, ¡dictaba disposiciones tácticas sugeridas por sus sueños! Me interesa este fenómeno, este patrón que se repite... 

¿Los sueños marcan la historia militar? 

Y la musical: piezas completas de Händel, Brahms, Wagner, Mozart... ¡se les aparecieron compuestas íntegramente en sueños! 

¿Sucede eso en la historia de las letras? 

De una escena soñada por Stevenson salió su inmortal relato de El Dr. Jeckyll y Mr. Hyde...Y sucede igual entre científicos: Kepler soñó las órbitas elípticas de los planetas, y Kekulé vio en un sueño la estructura molecular del benceno, y... 

Bien: ¿y qué nos enseña todo esto? 

¡Que el universo es una realidad psicofísica! Todo está interconectado. Vivimos en una puerta giratoria entre el sueño y el pensamiento, entrando y saliendo. "El sueño es una segunda vida", dijo el poeta Gérard de Nerval. En Grecia se le prestaba gran atención: disponían de templos de sueños... 

¿Qué era un templo de sueños? 

Sanatorios de incubación onírica. Seguías ciertas prácticas de purificación mental y física, melodías, representaciones teatrales y danzas, ciertos alimentos..., y si los sacerdotes te sabían preparado, te tocaban la parte interesada, te tendías sobre una piel de animal sacrificado y curtida por ti... ¡y dormías en el Asclepión, el templo de Asclepio! 

El dios de la medicina, ¿verdad? 

Tenías un sueño sanador o iluminador. Esto se practicó ya en cavernas de Asia Menor. Eran sanatorios de afecciones psicofísicas, y funcionaron mil años... Por algo sería... 

¿Funcionarían hoy? 

Si aceptas que lo diurno es tan ilusorio como lo nocturno, y lo nocturno tan cierto como lo diurno, ¡sí! "El espíritu y el cuerpo comunican entre sí sus destinos", entendió Montaigne. Pero el racionalismo ha desdeñado esto..., ¡y eso que un sueño animó a Descartes a fundar el racionalismo! 

¡No! 

¡El racionalismo tuvo su Pentecostés!: Descartes decidió mirar el mundo desde su razón..., y esa noche tuvo tres sueños: en uno vio un libro titulado ¿Qué camino debo seguir en la vida?,y se afianzó en su propósito. 

Aleccionadora historia. 

El racionalismo nos enseñó la autonomía de la razón, y eso está muy bien..., ¡pero a un precio altísimo!: desgajó el mundo como mecanismo inanimado, separado de mí. 

¿Deberíamos reintegrarnos? 

Iluminemos lo que la razón tiene abandonado en la sombra, ¡y eso nos enriquecerá! Así lo intuyeron sabios como Jung y Pauli. 

¿Qué postularon? 

No hay separación entre lo físico y lo psíquico. Una emoción o un sueño tienen correspondencias físicas: sueñas con un pájaro, ¡y por la mañana un pájaro entra en tu casa...! 

¿Sueños premonitorios? 

Varios sueños anunciaron al presidente Lincoln su asesinato. Y también tuvieron sueños de ese tipo Nietzsche, Mark Twain, Graham Greene... ¡Existen! 

¿Y cómo explicamos este fenómeno? 

"El fenómeno mismo es la teoría", afirmaba Goethe, y estoy de acuerdo: me interesa el fenómeno, por irrebatible. Las interpretaciones... son diversas y siempre opinables. 

Cuénteme una. 

Los aborígenes australianos hablan de un "tiempo del sueño" en el que todo - pasado y futuro-cohabita a la vez, y en el que puedes entrar y salir. Igual lo veía Dunne. 

¿Quién es Dunne? 

Uno de los mayores onironautas que han existido: personas que han navegado por sus sueños, que anotaron... El más colosal fue Saint-Denys: anotó sus sueños durante 1.946 noches, y logró incluso explorarlos desde dentro a conciencia, y modificarlos. 

¿Anota usted sus sueños? 

Les presto atención, sí: ¡pueden ayudarnos mucho, iluminar nuestra vida diurna!

Dicen que soñar es morir un poco... 

Para los griegos era un ejercicio preparatorio, sí. Las moradas de Hypno y Tánato eran vecinas en el Hades...: el sueño es la morada análoga a la muerte en la que cada noche entramos plácidamente al cerrar los párpados. Para vivir en la otredad.

                                                             Bajo los párpados

El tiempo parece detenido en el Mas Pou, en la campiña ampurdanesa. Desde este enclave - cerca del caduceo del dios Asclepio en la griega Empúries y de los monasterios pirenaicos que preservaron la cultura de la antigüedad mediterránea-, Jacobo Siruela e Inka Martí sueñan. Su sueño adopta forma de sugestivos libros que exploran la frontera más fértil del pensamiento occidental, el más avanzado, que es el que está redescubriendo lo que ya supimos: materia y energía, cuerpo y espíritu, cosmos y psique no son escindibles. En El mundo bajo los párpados(Atalanta), Jacobo Siruela revela la persistente importancia del sueño en la historia de la humanidad: leerlo insufla anhelos de soñar...